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'ALMACENAJE DE MADERAS.<br />
Conveniencia del almacenaje.-Las maderas cortadas,<br />
troceadas y escuadradas Ó aserradas, no suelen recihir la lahra definitiva<br />
ni ponerse en ohra, inmediatamente después de haber sufrido<br />
aquellas diversas operaciones. En la mayor parte de los casos conviene<br />
que tra.nscurra bastante tiempo para consegnir que las piezas se<br />
sequen y pierdan la savia, que, como ya se ha hecho observar, es una<br />
de las causas principales de su descomposiciÓn ulterior. Al efecto se<br />
acostumbra en los grandes talleres de construceÍón hacer considerables<br />
acopios de madera, que exigen una vigilancia incesante y una<br />
porción de precauciones, de que se dará una ligera idea.<br />
Las circunstancias perjudiciales para la conservación de las maderas,<br />
son: la humedad, sobre todo cuando la acompaÜa el calor; las<br />
altel'l1ativas de sequedad y huÍnedad, y el bochorno ocasionado por<br />
un fuerte calor ó por una corriente de aire demasiado intensa. Las<br />
primeras producen el recalentamiento ó pudrición de las piezas, facilitando<br />
la fermentación de los líquidos que entran en la savia; la<br />
Última determina á veces grietas ó fendas, que casi siempre disminuyen<br />
el valor de las piezas.<br />
Apilamiento.-De ordinario, se apilan las piezas al aire libre,<br />
pero son muy preferibles los almacenes construidos ¡'¡propósito,<br />
Ó á lo menos tinglados provisionales y bastante salientes respecto á<br />
las pilas, para preservadas de la acción de los rayos solares y de las<br />
lluvias. Cada pila está formada de diversos lechos de piezas ([ne se<br />
cruzan; la primera capa descansa en dados de<br />
IJiedra alo-o o elevados<br />
sobre el suelo, y las dem¡'¡s se hallan separadas entre si por durmientesó<br />
marranos bastante gruesos para que el contacto no se verifique<br />
en ningÚn punto, y para que queden claros su!icientes p~r<br />
los que el aire pueda circular con libertad.<br />
Se colocan, en lo posible, los tinglados en sitios JJÍenventilados y<br />
resguardados al mismo tiempo de la acción del sol y de los vientos<br />
reinantes, pues éstos, además del bochorno ({ue producen, pudieran<br />
impeler la lluvia bajo los cohertizos. Se tiene cuidado, en fin, de l'e-<br />
mover ias pilas de cuando en cuando, camhiando de lugar las piezas<br />
v á veces las pilas enteras. No se puede prescindir de esta operaciÓn<br />
;lesde el momento en que se observe por el olor ácido y acre que se<br />
suele manifestar en los almacenes, ó por el calor del aire amhiente,<br />
que se inicia el recalentamiento. No debe prescindirse, cuando se<br />
remuevan las pilas, de separar las piezas que presenten indicios de<br />
aquella enfermedad ó de carcoma, y de reponer los marranos que no<br />
estén sanos, á fin de impedir la propagación delmaI.<br />
Condiciones á que deben satisfacer los edificios destinados<br />
á almacenes.-Los almacenes han de tener colocadas<br />
las puertas en los extremos de sn mayor dimensión, para que no sea<br />
preciso dar la vuelta á las piezas antes de que lleguen á su sitio, lo<br />
que sería difícil si fuesen muy largas. Para apilar las piezas grandes<br />
en los almacenes, se emplean cabrias ó polipastos, que se sujetan<br />
á las vigas de los pisos superiores ó de las armaduras; por consiguiente,<br />
deben calcularse las dimensiones de aquellas, de suerte que<br />
puedan resistir á los esfuerzos á que han de estar sometidas.<br />
Cuando los almacenes tienen varios pisos, se hacen las pilas de<br />
madera algo menos elevadas que en el caso contl'ario, para no car-<br />
O'al ' demasiado la vi o'uería de suelos , ' ordinariamente éstos no se foro<br />
'O ~<br />
jan para que el aire circule con más liJJertad. Las piezas mayores se<br />
apilan siempre en los pisos inferiores. Las ventanas, que no necesitan<br />
vidrieras, se abren ó se cierran, segun las estaciones y la dirección<br />
del viento, y segÚn convenga ventilar las piezas ó resguardadas<br />
del hochorno, de la lluvia, de las nieblas ó de los ardores<br />
del soI.<br />
Si los almacenes no tienen más que planta baja, es indispensable<br />
que además de las ventanas abiertas en los muros, se dispongan en<br />
la cubierta lumbreras y chimeneas que sirvan de ventiladores, y puedan<br />
abrirse ó cerrarse á voluntad. El suelo de un almacén ha de estar<br />
más elevado;que el terreno; conviene enlosado ó adoquinado, y<br />
mejor aÚn cubrido con Üna capa de bastante espesor de hormigÓn Ó<br />
de hetÚn asfáltico ó hidrMugo, para impeclir el acceso de la humedacl:<br />
nunca se debe entarimar, porque las tahlas y los ristreles se pudrirían<br />
pronto y comunicarían la descomposicÍfjn á las maderas almacenadas.