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es, ha~ta que en las superficies de los ladrillos aparezca una especie<br />
de pel~cula escarchada, que, en general, sine para presenar á los<br />
matenales puestos en ~hra de los efectos de las heladas.<br />
El momento en que conviene detener la cocción es difícil de aprecim',<br />
y Únicamente la práctica puede determinado. Si la vitrificación<br />
es excesiva, los ladrillos adquieren poca adherencia con las mezclas<br />
y las fáhricas no quedan hastante trahadas; si, por el contrario, l~<br />
cochura es incompleta, los ladrillos son poco resistentes y<br />
se corre<br />
el grave riesgo de que se aplasten cuando se les somete i. esfuerzos<br />
algo considerahles.<br />
La cocción puede verificarse en hornos provisionales, que desaparecen<br />
por completo después de la operación, que se forman con los<br />
mismos ladrillos que se van á cocer y que reciben el nombre de hormigueros,<br />
ó bien en !tornos definitivos. El primer procedimiento no<br />
da productos tan regulares como el segundo, y exige más gasto de<br />
combustihle; pero su sencillez, la circunstaucia de que el hormiguero<br />
puede estahlecerseen cualquier partB y la economía que introduce<br />
en los tral:sportes y en la instalación, explican que el Ingeniero tenga<br />
que aplIcado con frecuencia,<br />
cerlo con alglm detalle.<br />
y demuestran la necesid,ad de cono-<br />
Cochura en hormigueros.-Antes de elevar el macizo se<br />
igu~la y apisona el sltélo y se sanea, además, siempre qne sea hÚmedo<br />
o haya temor de que se inunde. Los hormigueros pueden ser de<br />
planta rectangular Ü cuadrada; en el primer caso, el lado mavor es<br />
pr¡'¡xima?lente ~gual á tres veces y media la altura del maciz~, y el<br />
menor (lene tnple longitud que la misma altura. En cuanto á las<br />
dimensiones ahsolutas, dependen del nÚmero de ladrillos que se hayan<br />
de cocel', que, en general, son más de ;')0.000 y pasan rara vez<br />
de 200.000, aunque en ocasiones se elevan á medio miIIÜn: la altura<br />
de los hormigueros no suele exceder de Gm,5IJ.<br />
. Des~ués de trazat'. el rectángulo de la planta, se coloca un primer<br />
lecho o daga de ladrIllos de canto, como indica la fiO'ura118 cuidando<br />
de dejar ent~'e cada dos filas consecutivas un hu~co igu:1 ai espe-<br />
sor. de un ladr.lllo, que se llena de combustible menudo, que puede<br />
ser de mala calIdad. Encima de la primera daga se estahlece la nÚmero<br />
2, formarla tamhién de ladrillos de canto, pero normales á los<br />
de la anterio!'; esta segunda daga se htelTumpe en 11, á una distan-<br />
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cia del extremo igual á la longitud de tres ladrillos, y la interrupción<br />
se repite, en toda la extensión del hormiguero, en el sitio correspondiente<br />
á cada cinco ladrillos de la daga nlll11. l. La tercera daga se<br />
coloca como la primera y la cuarta como la segunda; pero conservando<br />
los huecos marcados por ésta, y formando así unos hogares<br />
r¡ue ocupan todo el ancho del hormigllero. Los intervalos entre filas<br />
consecutivas sólo se dejan hasLa la tercera daga; en las siguientes<br />
los ladrillos se disponen al tope, separándose cada dos ¡'¡tres leellOs,<br />
segun la calidad del combustible, por una capa de carbón menudo<br />
de Om,02 Ó Om,05 de espesor. Las dagas nÚmeros 5 y 6 se colocan<br />
eomo indica la figura; la quinta estrecha por cada lado, y en<br />
una Iong-itud igual á la cuarta parte de un ladrillo, los espacios reservados<br />
para hogares, y la sexta los cierra por arriba, dejando sólo<br />
de trecho en trecho unas chimeneas cuadradas B, por las cuales se<br />
echan brasas para propagar el fuego á todo el hormiguero. Antes de<br />
cubrir los hogares se llenan de ramas secas y de fragmentos gruesos<br />
de carbón.<br />
Dispuestas las seis dagas, en la forma que se ha indicado, se encienden<br />
todos los hogares; al cabo de diez y ocho ó veinte horas, la masa<br />
está candente; se tapan entonces con ladrillos y arcilla las bocas<br />
de los hogares y de las chimeneas para moderar la acción del fuego,<br />
y después se coÜtinÚa elevando el hormiguero, por medio de dagas<br />
cruzadas de ladrillos puestos de canto y al tope, separadas por capas<br />
de carbón menudo.<br />
Las dagas nó se establecen siempre con sujeción estricta á la<br />
descripción que antecede; pero el principio á