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raciÓn. Lus eubilutes afectan, en general, la forma de cilindrus, de<br />
prismasó de troncos de cono Ópirámide de poca inelinaciun; su capacidad<br />
varía mucho, segÚn el hierro que hayan de fundir, el aire<br />
que se pueda inyectar J' el comlJUstible que se emplee. Los que cousu~encok<br />
deben tener de 2 metrus á 5m,5 de alLura; los de carbÚu<br />
yeg'etalllegan Úmedir 4 metros de eleyaeiun: el diámetro oscila cutre<br />
(Jm,GOy (Jm,ao. Sobre los eubilotes se eoloca una especie de campalla<br />
de chimenea.<br />
HORXOSREVEI\llEHos.-Seemplean también para la segunda y tercera<br />
fusiÓn los reverberos, aunque presentan el inconveniente de blanquear<br />
y afinar el hierro; así es que se reservan para cuando se cal'(~ce<br />
de aparatos sopladores, ó cuando las dimensiones de las piezas de<br />
hierro que se han de fundir no permiten usar cubilotes.<br />
Cazos.-Al sangrar los cubilotes Úhornos de reverhero para JJeval'<br />
el metal fundido á los moldes, se recoge aquel en cazos, cuyo nÚmero<br />
y dimensiones deben estar en armonía eon la naturaleza é importancia<br />
de los trabajos. Cuando su tamaÜo lo hace factible, se trallsportan<br />
directamente los cazos, lJor lUlOÚvarios operarios, 'desde lus<br />
hornos de fusión á los moldes; en caso contrario, se emplean grÚas.<br />
En un taller de fundiciÓn l)ien montado, debe haller cazos de dimensiones<br />
variadas, desde los más pequeÜos que contienen de j 5 á 20<br />
kilugramos de metal y que los maneja un solo hombre, hasta los de<br />
10 u j2.000 kilogramos de cabida, que exigen para moverIos grÚas<br />
de mucha fuerza. No es comÚn construir cazos de mayor tamaÜo;<br />
cuando hay que moldear piezas de peso méÍsconsiderable, se emplean<br />
varias vasijas, consiguiéndose así que el hierro fundido se distrihuya<br />
antes y con más facilidad en el molde, que puede recibir el metal<br />
por diversos puntus á la vez.<br />
En las fundiciones antiguas se hacían los cazos de hierro coladu<br />
y de 3 á 55 milímetros de espesor: en la actualidad se cOlJstruyell casi<br />
siempre de palastro, vistiéndolos interiormente con una capa de<br />
arena arcillosa, á (fue se da consistencia con estiércol de caballo. La<br />
Iigm'a 2GO representa la furma de un cazo, ([ue puede manejar 1111<br />
operario; la 261, la de un cazo de 2()O kilogl'amos de cabida, que se<br />
mueve también á brazo; y la de 262 se refiere á una vasija de i. 800<br />
kilogramos, que se transporta con grÚa, y está formada por dos envolventes<br />
metálicas, que comunican por alJajo, de suerte que el l1ie-<br />
~í.G~<br />
1'1'Ucolado que llena la capacidad más pequeÜa, y que es el ([ue se<br />
vierte en el molde, no puede arrastrar ninguna de las impurezas (¡ue<br />
(lueuan sobrenadando en el cilindro interior. El corte vertical (figura<br />
2G5), muestra claramente la disposiciÓn (lescrita, que cuanuo 111)<br />
se adopta, o]¡ligaÚespumar con frecuencia suma los cazos, para (lue<br />
JlOpenetren en los moldes las suhstancias<br />
hierro fundido.<br />
extraÜas mezcladas con el<br />
A los cazos de QTandes dimensiones ~<br />
Jliente para vaciados, introduciendo<br />
se les da la inclinaci('1l1 conve-<br />
'<br />
una palanca de ojo en el eje de<br />
suspensiun, ¡'¡bien por un mecanismo sencillo (fig. 264), que se reduce<br />
á un tornillo labrado en el eje de la polea de transmisiún, ({ue<br />
engrana con una rueda montada en el vástago alrededor del cual ha<br />
de girar el cazo. Los de mayor tamaÜo que se emplean suelen tener<br />
un diámetro interior de j m,40 y una profundidad de i m,50.<br />
Métodos de llloldeo.--Se siguen cinco métodos distinLos para<br />
vaciar ó moldear el hierro fundido, que se diferencian en la natm'aleza<br />
y modo de disponer los moldes. Éstos pueden ser de a1'ena<br />
e.clenditla, dc a1'cnave1'dc,de a1'cnascca, de grcckt Ü a1'cilla y de hie-<br />
J'I'Uculada, en cuyo orden varia el precio de las piezas preparadas<br />
cun una misma clase de hierro.<br />
CO.'iDICIONES DELAAI\ENA.-La al'ena que se usa para hacer los muldes<br />
en los tres primeros procedimientos, de]¡e ser de granos linos,<br />
homogéneos y prÓximamente de igual tamaiio, por cuya razón se<br />
criha antes de empleada. Debe contener, además, cierta cantidad de<br />
arcilla, que le comunique la plasticidad y consistencia necesarias<br />
para que reciba y consene las formas que se le den; ha de ser infusible<br />
;'1la temperatura á que la eleva el contacto con ellJÍerro fllndi-<br />
(lo, y es preciso que no se vitrifique ni se adhiera, impidiendo el paso<br />
de los gases calientes, (1uese desprenden durante el trabajo. La<br />
arena que reune todas estas cualÜlades, es muy estimada; para conseguida<br />
es frecuente que se tenga que conducir á las fundiciones<br />
desde localidades lejanas.<br />
Plt!\lEI\MlhoDo.-lJlolelco en arcna extendida.-La preparaciun de<br />
los moldes de arena extendida no ofrece dificultad alguna: se echa<br />
y apisona en el suelo una capa de arena, comprobando con un nivel<br />
si la superficie superior es perfectamente horizont.al. Suponiendo<br />
que se trate de moldear un objeto de forma sencilla, una placa rec-