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caras limitadas por la mayor y la menor de sus tres dimensiones, se<br />
pone de canto en el mismo sitio, cluedando los ladrillos como se indica<br />
en la figura 65. Así se conservan algÚn tiempo antes de proceder<br />
a la desecación definitiva.<br />
Á pesar de lo que se ha expuesto, convendra apresurarse a colo-<br />
car los ladriJIos de canto si amenaza lluvia , Porcl ue si el a"ua ti lleo'a ~<br />
a caer en abundancia, los deslava y pueden clueelar inservibles.<br />
Perfila dura y prensadura.-Antes de disponer los ladrillos,<br />
como en seguida se vera, para que acahen de secarse, se perfilaJl,<br />
cogiendolos lUlOpor uno y quitando con un cuchiJIo ordinario las rebabas<br />
de los cantos para sacar aristas vivas y limpias.<br />
Los ladrillos que hayan de formar paramentos en la construcción,<br />
suelen someterse a una prensadura, que se efectÚa golpeando sus<br />
caras con una pala de madera (fig. 66); así se aumenta la compacidad<br />
de la pasta, se favorecen la desecación y la cochura, y se ohtienen<br />
productos mas duros y resistentes;<br />
precio en la mano de ol)ra.<br />
pero es a costa de un sohre-<br />
Desecación definitiva.-La segunda parte de la desecación<br />
se verifica colocando los ladriJIos en rejales, esto es, apilandolos de<br />
manera que el aire pueda circular libremente a su alrededor, para<br />
IIuitarIes la mayor parte de humedad que contienen todavía, y dando<br />
á la pila suficiente estahilidad para /fue se conserve todo el tiempo<br />
que exija la desecación. ~-' -<br />
Para levantar un rejal se marca con una cuerda su dirección longitudinal<br />
y se dispone ;'¡lo largo de ella una fila de ladrillos de canto,<br />
cuyas aristas mayores formen un ángulo agudo con aquella línea;<br />
encima de esta fila se coloca otra C<br />
lue hag-a con la cuerda un ánoTIlo<br />
u<br />
.<br />
b<br />
suplementario del primero; sobre la segunda fila corre una tercera,<br />
paralela ;'¡la primera; encima otra, paralela a la segunda, y así sucesivamente.<br />
Entre dos ladrillos consecutivos de una misma fila se<br />
deja siempre un vano de f, 5 ó 2 cen lÍmetros. AlIado de estas filas<br />
superpuestas se estahlecen otras exactamente del mismo modo, pero<br />
de suerte que no se toquen dos montones inmediatos, sino que quede<br />
entre ellos un hueco en planta de unos 2 centímetros. Los extremos<br />
se consolidan con pilares de ladrillos, dispuestos como en el cuerpo<br />
dell'ejal, pero con la diferencia de que las hiladas se cortan á escuadra.<br />
Las dos U tres ¡'¡!timas filas d{~(~adamoul.t'lU,se colocan de<br />
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modo que las esteras ó lonas con que se cubre el rejal afecten la inclinación<br />
de los tejados ordinarios. Por regla general, la altura de los<br />
rejales no pasa de 2 metros; su espesor es igual a la longitud de<br />
cuatro ladrillos, mas la que corresponde á los tres intervalos, que<br />
entre ellos se dejan, es decir, que viene á ser de 'lm,18, admitiendo<br />
el largo de los ladrillos españoles; la longitud es indeterminada. La<br />
figura 67 hace ver en planta la disposición de los dos primeros lechos<br />
y el alzado lateral de un reja!.<br />
El suelo en que se establecen los rejales, no sólo ha de esta!'<br />
muy seco, sino que conviene cubrirlo con una capa de paja, que tiene<br />
por objeto impedir que el primer lecho de ladrillos atraiga la humedad,<br />
y al mismo tiempo facilitar la circulación del aire por la parte<br />
inferior; en los lechos superiores penetra con libertad, en virtud<br />
de las disposiciones reseIi.adas.<br />
Á veces se elevan los rejales debajo de cobertizos construidos á propósito,<br />
y es claro que entonces no hay que emplear esteras y se puede<br />
dar á las pilas la forma general de paralelepípedos rectos de base<br />
rectangular.<br />
Los ladriJIos permanecen en los rejales un espacio de tiempo que<br />
depende, lo mismo que en la desecación previa, de la naturaleza de la<br />
arciJIa y de las condiciones del aire: hay localidades en que se secan<br />
los ladrillos en veinticinco ó treinta días á lo sumo; en otras, es preciso<br />
prolongar mas la operación. En general, cuanto mas seca este la<br />
pasta, antes y mejor se cocerá. Los caracteres distintivos que han de<br />
rennir los ladrillos para que sea conveniente suspender la desecación<br />
y llevados al horno, son: no conservar la impresión del dedo cuando<br />
se les oprime con fuerza; dar un sonido claro al golpearlos con un<br />
cnerpo duro; presentar fractura limpia, y baher adquirido hastante<br />
solidez para poder emplearse en la composición de las fáhricas interiores<br />
de un edificio.<br />
COCHURA.<br />
Si las operaciones precedentes se han ejecutado con esmero e inteligencia,<br />
los ladrillos serán sÓlidos y de formas regulares; pero<br />
sólo la cochura puede hacerlos inalterables y convertirlos en verdaderas<br />
piedras artificiales. La acciLÍndel fuego debe prolongarse hasta<br />
que los silicatos fllsihles presenten lIIl principio de vitrificación, esto