The Brookings Institution Transparency & Accountability Project

2. Fortalecer a los hacedores de política (ejecutivo, legislativo) para implementar de la
mejor manera el PpR y darle sostenibilidad. Lo último requiere fortalecer las
relaciones con la sociedad civil en las varias etapas del ciclo del presupuesto. El
PpR permite que la etapa de formulación sea más democrática, en el sentido de que
la información presentada por programas con objetivos claros a través de los marcos
lógicos transparenta las metas, las brechas y los costos de producción. Ese mismo
instrumento facilitará el seguimiento y evaluación ex post de los logros.
3. Asegurarse de que la información solicitada de los “resultados” realmente tendrá un
uso. Información recopilada sobre las acciones de los ejecutores que no tienen
demanda real caerá en el vació y desalentará a los ejecutores. El Congreso, el
Ministerio de Economía y los respectivos sectores deberán haber identificado a sus
unidades, los procesos, instrumentos y productos generados con esta nueva
información. No se descarta la posibilidad de terciarizar parte del proceso como el
seguimiento. Las experiencias dan cuenta de que agencias fortalecidas del
Ejecutivo o Congreso han sido claves para la sostenibilidad.
4. La tecnología y los sistemas de información son fundamentales. Por lo menos en los
dos sectores piloto que se ha revisado, se plantea la recopilación por tres fuentes
diferentes. En salud, la triangulación entre datos administrativos y encuestas
administradas por el INEI son una buena alternativa. Esta segunda fuente, la más
cara y no tan seguida, podría servir de auditoria de la primera. Los datos
administrativos en los sectores son todavía débiles y merecen una buena inversión.
Sectores como educación se donde plantea recopilar los datos a través de
percepciones de los usuarios (padres) plantea los problemas de poca
estandarización, poca frecuencia y altos costos de administración. Así como hay
responsables en cada nivel que son responsables de diferentes productos, es
importante que la generación de información en diferentes niveles vaya acorde con
el nivel de responsabilidad del ejecutor.
5. La implementación del PpR es una tarea de muy largo aliento. Se recomienda
consolidar los sectores vinculados a los programas estratégicos, especialmente salud
y educación y obtener lecciones para el resto de los sectores. El encargo normativo
de abarcar un mayor número de sectores hasta el 2011 puede ocasionar saturación
en el Congreso y Ejecutivo si no se fortalece las instituciones (organizaciones y
reglas de juego). Hay que considerar que no son los números de sectores que deben
ser contados para la evaluación y seguimiento sino el número de programas dentro
de cada sector (con objetivos definidos), con sus respectivos componentes (con
causalidad determinada), actividades (con costos definidos), indicadores (con
atributos comprobados) y todo lo que trae consigo si se quiere hacer un trabajo
serio. En todo caso, la segunda alternativa serían efectuar evaluaciones de
programas elegidos al azar.
6. Aunque no hay un único modelo de presupuesto por resultados, se recomienda
considerar dos elementos que los países que han tenido éxito en el área han
aplicado: incentivos y autonomía por resultados, y mejor aún si ambos van juntos.
Con respecto a incentivos, éstos incrementan las posibilidades de éxito y han pasado
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