2 - Academia de la Llingua Asturiana

humancs, aunque se conceptualicen como pertenecientesa una misma tradición cultural, estánprofundamente diferenciados. Los intereses particularespredominan sobre los colectivos. La culturano es tanto una realidad homogénea cuantola coexistencia organizada de la diversidad. Haydiferencias económica.^, de prestigio y poder, deinteracción, etc. En estas condiciones referirse ala identidad de un pueblo no deja de ser unamistificación de la realidad. Esta mistificación esmás importante a medida que las unidades a lasq~e se ieZer5 son más abarcantes y, en consecuencia,las diferencias internas más complejas.Hablar ,de mistificación conlleva que el procesode identidad cultural es funda,menLmlmenteuna elaboración ideológica. Las id,eologías tienenun componente afectivo que es fun,damental enel proceso de identificación. Pero este, al igualque aquellas, se trasmite y se hace co!ectivo através del discurso.El discurso desd>e dentro, al que me voy alimitar aquí, contribuye .de múltiples formas ala constitución de la identidad. Yo hablaría de undiscurso explícito en el que se tematiza la pertenenciacomún y la diferencisción colectiva de losotros, y un discurso in?,;olicito en el que, sin referenciasdirectas a lo común y compartido, se fuerzanlas condiciones para que la identidad sea operativa.Creo que este segundo tipo de djscurso es másimportante, aunque también más olvidado porlos antropólogos.El primero, es ,decir, el dkcurso explícito, noes normalmente emiti.do por el nativo o, por logeneral, sólo aparece en presencia del de fuera.Es básicamente un discurso comparativo, en elque el nativo, ante un cuestionamiento ,exterior,se ve obligado a responder. Es igualmente un discursoque resalta las diferencias. No es lo máshabitual que los nativos dialoguen con sus vecinossobre sus peculiaridades, aunque no niego queello pueda ocurrir en determinadas circunstancias.Pero aún entonces suele mediar algún hechoexterior que motiva el desarrollo del diálogo. Lomás común es que los nativos hablen de sus señasde identidad cuando se les cuestionan. Y en estesentido posiblemente nadie, como el antropólogointeresado en tomas de identidad, provoque laespeculación del nativo sobre temas que quizás élmismo nunca se había planteado. Yo creo que laratificación por parte del nativo de las señas deidentidad sobre las que le pregunta el antropólogoson, en buena parte, respuestas poco fiables a lassugerencias que el mismo antropólogo le hace.Normalmente en los estudios antropológicos sobreidentidad suelen aparecer como respuesta a laspreguntas del antropólogo discursos explícitos. Enellos proliferan los llamados signos o señas dei8dentida.d. Pero muchos de ellos son una mezclade lo que el nativo superficialmente asume y delo que el investigador le sugiere con ia pregunta.He hablado antes de Vilanova d'Ozcos. Decíaque en este Concejo asturiano se habla gallego yque, sin embargo, los vecinos se identifican comoasturianos. Yo no creo que esto, dentro de su entornogrupal, constituya un problema para ellosTampoco creo que a iniciativa propia reflexionenmuchas veces sobre las peculiaridades de su formade hablar gallego Un día, charlando con ungrupo de vecinos, yo saqué el tema. Pregunté si laforma de hablar de la zona tenía algunas diferenciascon el gallego uue se hahiaba en los municjpioscercanos d'e Lugo, como Fonsagrada. Las respuestasexplicitan efectivamente las peculiaridades.«El habla de aquí es una mezcla ,del gallegoy del asturiano, aunque la parte más importantees el gallego. Pero hablamos más suave que los deFonsagrada. Ellos dicen «Lujo>>, nosotros aLugo>>.Dicen los gallegos qFuche a Lujo?» y decimosaquí qFuche a Lugo?» y dicen ellos «Non hoxenon fu>> y decimos aquí «Non, hoy non fu» y diríael asturiano «no, hoy nun fuí~. Dicen los gallegosdes una casiña muy guapa» y decimos nosotrosates una casía muy guapa,. Es muy ,distinto lo quehablamos por aquí..