2 - Academia de la Llingua Asturiana

libritge., que alcanzaron el alto momento de JacintVerdaguer y de Frederic Mistral, respectivamente,el primero siguió su marcha ascendente,mientras el segundo no conseguía continuidad nicohesión. Ahora bien -ya lo he dicho-, el procesode la sustitución de una lengua es lento. Le cuestamucho morirse, a una lengua. El occitano, des-~ués del desenlace de la batalla de Muret, en 1214,C(ue SUPUSO la derrota de los albigenses y el predominiodel norte, con su pujante lengua francesa,estaba sentenciado. Pero el occitano no se hamuerto, después de siete siglos. Y, si hemos dejuzgar por algunos signos de los últimos años, nodeja de reponerse en ciertos aspectos.No menos lenta y laboriosa es la normalización.Como se desprende de la misma palabra,normalizar una lengua significa «hacerla normal,. .Es decir, hacer que sus hablantes venzan la diglosiar,la inercia. el miedo, la pereza. Otra vez volvemosa pensar en el manifiesto de la revista .ElsMargesm (E 5). Que el catalán se normalice, ¿significaráque se requiere la independencia política?Teóricam'ente, sí (si hemos de atenernos a losargumentos allí esgrimidos). Si el catalán no consigueunas estructuras suficientes de poder, ¿ellosignificará que se encuentra abocado a la sustitución,esto es, a la desaparición? Teóricamente, sí(por los mismos razonamientos que en el primersupuestol.Impresionado por este dilema, Camilo JoséCela escribió un artículo sobre el tema, en el quese manifestaba hondamente preocupado 6. Partiendode la constatación de que, hoy por hoy, no esconcebible la independencia para Cataluña, se lamentabaante la posible -y tal vez inevitabledesapariciónde una lengua poseedora de un noblepasado y de un rico presente, como es el catalán.En realidad, sin embargo, no hay que temerni un extremo ni el otro Lo que importa es esforzarsepor hacer efectiva la normalización, pla-6. Consecuencia de una reseña de una conferencia mía sobretLlengua i poder», reseña no muy afortunada, fue el artículode Camilo José Cela, La salud dd catalán, en tElPaísu (Madrid), 24 de noviembre de 1984. Respondí con elmío: Confi~nza en el futuro del catalán, también en «ElPaís», 14 de diciembre de 1984.nificándola con esmero, como si fuéramos a obtenerlaal cien por cien, aun sabiendo que estono se conseguirá mientras el catalán sea una alenguaen contacto -que es lo que de hecho seguirásiendo. No se olvide: la normalización, tanto comoun proceso, es una actitud. Aquí, pues, entran enjuego las actitudes de los hablantes, a las que tantovalor da la sociolingüística en los últimos tiempos.Las actitudes de los hablantes pueden neutra-::zar un proceso que -pensando sólo en términosobjetivos- podría ser de cumplimiento ineluctablePor ello el 11 Congrés Internacional de la LlenguaCatalana, de reciente celebración (y tantasveces evocado aquí), en vez de plantearse la alternativa(instituciones o actitudes), se ha pronunciadopor la integración: trabajemos por tenerestructuras de poder suficiente y por mejorar lasexistentes, pero procuremos reforzar las actitudes,y transformarlas cuando así convenga, para queéstas nos ayuden a lograr lo que aquéllas no seancapaces de darnos.10.-¿Esposible normalizar el asturiano?Quisi.era ahora ensayar una aplicación al asturianode las consideraciones que hemos ido haci,en.dosobre la normalización lingüística. Teníaconocimiento de los traba.jos que se llevan a caboen Asturia.~, había visto algunas publicaciones. Enestos días, a.provechando la celebración de las presentesXornaes d'Estudiu, he hablado, he observado,he hecho mis reflexiones. Espero que se mepermitirá exponer mi opinión que, a falta de otrosingredientes, expongo con ganas de ayudar y conabsoluta buena fe. De entrada, he de reconocerque ,el panorama no es halagüeño.Es cierto que se ha dado un primer paso, indispensable:la codificación ortográfica y gramaticalya es una realidad. Esto es muy positivo, porsu carácter previo a cuanto se pueda y deba hacerdespués.Otro punto me parece esencial. Ignoro si seha hecho algo, si hay alguna previsión tomada, siello entra en los proyectos de la Consejería de Cultura:es indispensable conocer la situación. Paraello no hay más que una vía: lanzar una encues-