Filosofía
Libro de Tercer Semestre Bachillerato UANL
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con el argumento de que, aunque podamos dudar de lo que pensamos, no<br />
podemos dudar de la existencia del mundo exterior que percibimos, ya que<br />
la mente tiene conocimiento de sí misma (de su existencia) y dicho conocimiento<br />
es incuestionable.<br />
En su obra La ciudad de Dios, San Agustín expone su pensamiento con la<br />
metáfora de las dos ciudades: por una parte, “La ciudad terrenal”, la del mal,<br />
que transcurre en el tiempo y que siempre se ve afectada por la discordia y las<br />
tensiones de las relaciones humanas; por el otro, la “Ciudad Celeste”, la del<br />
bien, a la que los creyentes pueden aspirar al final de los tiempos y en la que<br />
todas las almas participarían de Dios.<br />
San Agustín, apoyado en los textos sagrados del Apocalipsis, defendió la<br />
prioridad de la Iglesia sobre el poder político, aunque más tarde, llegó a una<br />
conciliación entre ambas esferas, asegurando que el orden social es necesario<br />
para el individuo y que ese orden recae sobre los políticos cuyo poder procede<br />
directamente de Dios.<br />
A su muerte, San Agustín deja una dirección clara para la filosofía cristiana, y<br />
sobre sus postulados habrá muy pocos avances y aportaciones en los siguientes<br />
siglos, debido a las circunstancias poco favorables en los territorios cristianos.<br />
Santo Tomás de Aquino<br />
Tomás de Aquino (1224-1274) fue teólogo y filósofo, es considerado el<br />
mayor representante de la escolástica y una autoridad en la rama de la<br />
metafísica. Sus obras más conocidas son la Suma Teológica y la Suma<br />
contra gentiles, obras en las que logró empatar la filosofía de Aristóteles<br />
y la teología de San Agustín de Hipona con la escolástica cristiana.<br />
Tomás de Aquino retoma el concepto de “virtud” de Aristóteles;<br />
plantea que los hábitos (la “virtud” aristotélica) son una segunda<br />
naturaleza del hombre, es decir, que no le son naturales por nacimiento,<br />
sino que los incorpora a su vida mediante la experiencia y la<br />
costumbre. Identifica dos tipos de hábitos:<br />
• Los hábitos buenos, que nos acercan al bien y a Dios, y se<br />
convierten en virtudes.<br />
• Los hábitos malos, que nos alejan del bien y de Dios y se convierten<br />
en vicios.<br />
Para Tomás de Aquino, los hábitos y vicios se adquieren a través<br />
de la formación y educación de cada persona; considera que<br />
el exceso de un hábito bueno puede convertirse en un hábito<br />
negativo si se lleva a la exageración, por ejemplo el estudio, en<br />
arrogancia intelectual.<br />
Tomás de Aquino diferencia a la sabiduría y a la fe de las otras<br />
virtudes, ya que considera a éstas como virtudes de naturaleza positiva<br />
en todo caso, sin excepción, y como los caminos adecuados<br />
para acercarse a lo divino.<br />
Para resolver el problema de la fe y la razón, Tomás de Aquino se apoya en<br />
la filosofía de Aristóteles para plantear los siguientes postulados:<br />
• El origen de nuestro conocimiento radica en lo que nos suministran<br />
nuestros sentidos a partir de la experiencia sensible, por lo tanto, el<br />
objeto adecuado para nuestro conocimiento no son las realidades inmateriales,<br />
sino las sensibles.<br />
• Aunque el entendimiento es inmaterial y conoce lo real, está ligado a<br />
la experiencia sensible porque es el entendimiento de un ser huma-<br />
Santo Tomás de Aquino.<br />
Etapa 2. La filosofía renacentista 47