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Nosotros en la luna - Alice Kellen

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RHYS

Abrí los ojos de golpe. El móvil estaba sonando. El móvil… que debería

estar en la mesita, pero ahora no lo encontraba. Salí de la cama y me agaché

para recogerlo del suelo. Lo habría tirado sin querer después del primer

timbrazo. Fruncí el ceño al ver que era Ginger.

Ginger… llamándome…

Se me aceleró el corazón.

—¿Estás bien? Ginger…

—Sí… —Hablaba en susurros—. Sí —repitió—. Siento…, siento

haberte llamado… Oh, Dios, Rhys, acabo de caer en la cuenta de la

diferencia horaria. No sé por qué no lo he pensado. Yo solo…, ha sido un

impulso. Te he despertado, ¿verdad? Lo siento.

—No pasa nada. ¿Todo bien, entonces?

Le eché un vistazo por encima del hombro a la chica que dormía en mi

cama y luego salí de la habitación, descalzo, sin camiseta. Empecé a

caminar. Dejé atrás los escalones del porche de madera y sentí la arena

templada en los pies mientras avanzaba hacia el mar.

—Sí, todo bien. Perdona, no puedo hablar muy alto. James se ha

quedado dormido. Es que estoy un poco nerviosa. Ni siquiera sé por qué me

ha dado por llamarte.

—¿Te ha hecho algo? ¿Qué pasa, Ginger?

—No, no. Nada de eso. Solo es que no tengo demasiado claro qué

debería hacer ahora. Es decir, no puedo dormir. No con él. Es imposible.

Créeme, lo he intentado. No es solo porque ronque, es que no dejo de dar

vueltas en la cama y me siento fuera de lugar.

Me senté en la arena y tragué saliva con fuerza. Apenas había empezado

a amanecer. Una luz suave intentaba alzarse tras el horizonte, pero el cielo

estaba oscuro. Sin nubes. Inspiré hondo y, no sé, me concentré en el sonido

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