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Nosotros en la luna - Alice Kellen

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derecho.

—Me adora, pero cada vez que le comento algo, una pequeña

sugerencia, frunce el ceño y tuerce el morro como uno de esos perros que

tienen la cara así, aplastada.

—Tienes razón, se le pone esa expresión.

Dona se echó a reír y terminó contagiándome.

—Supongo que me acostumbraré a esto…

—Sí. —Ella suspiró—. Por cierto, ¿qué tal le va a Rhys?

—Ah, bien, muy bien. Superbién.

—¿Te pasa algo con él?

—No, qué va. Es solo que su vida es tan estupenda… —Me levanté,

rodeé la barra de la cocina americana que separaba la estancia del salón y

me abrí un tetrabrik de zumo. Dona me miraba desde el sofá—. Ya ha

empezado la grabación de esa canción con Alexa Goldberg. Sí, como te

imaginarás la he buscado en internet. La chica es impresionante. Y canta

bien; sale haciéndolo en unos vídeos de Instagram. Ah, ahí mismo también

aparece en una fotografía con Rhys. ¿Sabes quién no tiene ninguna foto con

él? Yo.

—¿Estás celosa? —Mi hermana me miró divertida.

—Sí. Un poquito. Es decir, la acabo de ver. Ya se me pasará. Es solo

que él dijo que odiaba las fotos. Quizá solo las odie si mi cara sale al lado.

—Ginger, qué tonta eres cuando se trata de Rhys.

Volví al salón con el zumo de piña en la mano.

Ignoré las palabras de Dona. Ya sabía que me comportaba como una

cría en lo referente a él, pero no podía evitar darle importancia. Era EL

CHICO. Nunca había pensado tanto en ningún otro, ni siquiera cuando lo

dejé con Dean o tras despedirme de James un mes atrás antes de marcharme

de la residencia haciéndolo sobre la alfombra de su dormitorio. Con Rhys

era diferente. No como un pensamiento fugaz que aparecía y se extinguía de

forma intermitente. Él, de alguna forma retorcida, estaba siempre en mi

vida, en mi cabeza, en los correos que leía o escribía cada noche. Cuando

me pasaba algo ridículo o relevante, sonreía sabiendo que se lo contaría

unas horas después. Como aquel día de la semana anterior, cuando la

alarma de Harrods pitó cuando yo salía y dos seguratas se lanzaron a por mí

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