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Nosotros en la luna - Alice Kellen

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«cierto, nosotros hemos tenido suerte; mi compañera, Kate, aún no ha

encontrado un empleo decente. Es complicado».

Cuando llegaron los postres, para mi sorpresa, Dean quiso descorchar

una botella de champán que había metido a enfriar en la nevera al llegar. La

bebida se sirvió en copas que mi madre sacó de la vitrina en la que

guardaba la vajilla especial, esa que usaba en contadas ocasiones, pero, en

lugar de sentarse al terminar, Dean siguió en pie.

—Familia, quiero anunciaros algo.

Cogió de la mano a Stella y ella se levantó también. Parecía nerviosa y

tenía las mejillas algo coloradas a pesar de que la calefacción no estaba muy

alta. Miré a Dean. Y supe lo que iba a decir. De repente, pensé en Rhys. En

que ojalá estuviese allí. En que el año pasado, o unos días antes por mi

cumpleaños, se había sentado en esa misma mesa y yo me había pasado

toda la comida con un nudo en el estómago mientras nos mirábamos de

reojo y su rodilla rozaba la mía. Y ahora allí estaba, todo tan diferente, tan

distinto. No me sentía mejor. No me sentía más adulta ni más realizada. No

era feliz.

—Stella y yo… ¡vamos a casarnos!

—¡Dios mío, Dean! —Mi madre se levantó emocionada, rodeó la mesa

y lo abrazó con tanta fuerza que temí que le arrancase la cabeza al pobre.

Luego le dio un beso sonoro a Stella en la mejilla—. ¡Estoy tan feliz por

vosotros! ¡Hacéis una pareja fabulosa!

—¡Enhorabuena, campeón! —Papá le apretó el hombro.

Los felicité a los dos cuando Dona terminó de hacerlo. Luego hablaron

sobre los preparativos de la boda mientras nos comíamos el postre y

brindábamos por la buena noticia. Pensaban casarse en mayo, una

ceremonia sencilla, algo familiar…

—Yo recojo la mesa, mamá, no te levantes —le dije mientras apilaba

los platos sucios para llevármelos a la cocina. Ella me lo agradeció antes de

volver a prestarle atención a Stella, que hablaba ahora del tipo de vestido de

novia que le gustaría llevar.

Salí del comedor y dejé los platos en la pila. Decidí lavarlos a mano

porque el lavavajillas estaba lleno tras la comida. Acababa de

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