29.01.2023 Views

Nosotros en la luna - Alice Kellen

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Qué pared, joder? —gritó.

—Tú, Rhys. Tú eres mi pared.

Parpadeé para no echarme a llorar al ver su expresión de desconcierto.

Me picaban los ojos. Y estaba temblando. No sé qué hacíamos ahí

mirándonos fijamente, callados, diciéndonos tanto sin necesidad de

palabras. Casi fue un alivio que Kate volviese a llamar a la puerta después

de terminar de fumar en la terraza.

—Solo quería recordarte que hoy has quedado para comer —me dijo

con intención, luego le dirigió una sonrisa a Rhys—. Encantada de

conocerte, por cierto.

Cerré los ojos y suspiré intentando mantener la calma cuando Kate se

fue. Él, en cambio, seguía ajeno a todo, apoyado cerca de la ventana con la

vista clavada en el cielo gris que parecía precipitarse sobre nosotros.

—Joder… —Me giré y busqué mi móvil en el bolso.

—¿Qué pasa ahora? ¿Te casas mañana y has olvidado encargar las

flores?

—Vete a la mierda, Rhys —mascullé furiosa.

—¿Por qué? No me sorprendería no saberlo.

Por un instante, olvidé que había quedado a comer con James. Olvidé

que estaba buscando mi teléfono para intentar cancelarlo, aunque

conociendo lo puntual que era estaría a punto de llegar. Olvidé cualquier

otra cosa que no tuviese que ver con ese mismo momento. Y dejé salir el

enfado. La rabia contenida. La indignación.

—¡¿Cómo puedes ser tan malditamente egoísta?! ¿Cómo se te ocurre

echarme en cara que no te contase lo de James cuando tú llevas años

acostándote con cualquiera sin que nunca se me ocurriese pedirte ni una

explicación? ¿Qué pasa contigo, Rhys? ¿Alguna vez te has molestado en

mirar más allá de tu propio ombligo?

No me di cuenta hasta ese momento de que estaba llorando tan fuerte

que había empezado a ver borroso. Él se acercaba a mí, acortando esos

centímetros de seguridad que nos separaban. Intentó abrazarme, pero me

aparté. Lo oí respirar con brusquedad. Y luego me rendí, dejé que lo

hiciese, que sus brazos me envolviesen mientras sollozaba contra su pecho.

Su aliento cálido en la oreja me hizo temblar.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!