29.01.2023 Views

Nosotros en la luna - Alice Kellen

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Pero a lo que iba: Cameron Reed es un conocido empresario del mundo de

las finanzas y abanderado de numerosas causas feministas y a favor de la

igualdad; además, tiene contactos políticos. Te estarás preguntando a qué

viene todo esto, pues bien, resulta que maltrataba a su mujer. Sí, todo un

escándalo que no quiere que se sepa. No solo eso, frecuentaba prostitutas de

lujo. Una joya, ya ves.

La cuestión es que Anne estuvo años callada, aguantando por miedo al

escándalo público o a que nadie le diese credibilidad a sus palabras, dado lo

conocido que es él. Pero, al final, después de la última paliza que le dio,

decidió marcharse a casa de su madre y divorciarse. Es una mujer

inteligente e increíble, pero ha estado años asustada. Se graduó en Filología

con matrícula de honor, aunque tiempo después dejó de ejercer como

profesora cuando empezó a acompañarlo a él a todos sus viajes. En fin, ya

te imaginas el resto. Estaba anulada.

La cuestión es que se oía el rumor de que estaba escribiendo sus

memorias. En un principio, lo di por imposible, porque imaginé que ya

tendría un contrato firmado con alguna de las grandes editoriales del país,

pero un día, tras darle vueltas y hablarlo con Dona y Kate y no poder

dormir…, terminé haciendo una locura.

Me da vergüenza hasta contártelo, pero allá va:

Me presenté en la puerta de su casa. En Notting Hill. No llamé, por

supuesto. Estuve esperando bajo el frío helador de esta ciudad hasta que ella

salió en torno a media mañana. Y entonces la abordé, como una loca de

manual, sí. Fui directa hacia ella. Se me trababa tanto la lengua que no sé ni

cómo me expliqué. Conseguí decirle que acababa de fundar una editorial

pequeña, que ya estábamos en contacto con varios autores, pero que

buscábamos algo potente para el primer lanzamiento. Recuerdo que solo me

miraba fijamente, casi sin pestañear. Logré sacar una tarjeta del bolso y

dársela, temblando. Le dije que imaginaba que ya tendría algo firmado,

pero que, por si acaso, no quería perder la oportunidad. Estaba a punto de

marcharme corriendo antes de que llamase a la policía cuando me preguntó

si quería tomarme un café con ella.

Sí, tal cual. Por supuesto, acepté. Fuimos a una cafetería cercana y

hablamos durante un buen rato. Le conté un poco mi historia: lo de pasarme

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!