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Nosotros en la luna - Alice Kellen

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que me hizo reír.

—Eres muy impredecible, ¿nadie te lo ha dicho nunca?

—A menudo. No en un sentido positivo.

—A mí me parece algo bueno.

—Debes de ser la primera.

—Está bien. Veamos, llamémosle a esto el «caso Dean», ¿de acuerdo?

Mmm, ¿por dónde empiezo? Nos conocemos desde siempre, desde que

éramos niños.

—Interesante. —Bebió a morro del botellín de cerveza.

—Fuimos a un colegio privado del centro y mis padres son muy amigos

de los suyos, así que también coincidíamos luego fuera. La cuestión es que,

cuando crecimos, terminamos en el mismo instituto, donde empezamos a

salir, lo que supongo que explica que luego eligiésemos ir juntos a la

universidad y…

—Vamos, que sois como siameses.

—¿Qué? ¡No! ¡Claro que no!

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—De acuerdo. Dispara.

Me miró fijamente y pude distinguir motitas azules en medio del gris de

sus ojos, como pinceladas de luz sobre un cielo plomizo que amenazaba

tormenta.

—Este viaje…, toda esta locura de coger un avión sin pensar…, ¿es la

primera vez que haces algo así completamente sola? Sin Dean, quiero decir.

—Yo…, bueno… Hago muchas cosas sola. Como pintarme las uñas, no

sé, o visitar librerías, sí, me gusta eso… —Terminé suspirando abatida—.

Sí. Sí, es la primera vez que hago algo sin él. Y creo que por eso tenía tanto

miedo y me sentía tan perdida, pero, al mismo tiempo, necesitaba hacerlo.

Ni siquiera tiene sentido.

—Sí que lo tiene.

Su voz sonó ronca. También sincera. Lo miré agradecida antes de darle

otro mordisco al crepe y tomarme unos segundos para degustar el queso

fundido y los champiñones tostados. Él también masticaba distraído y su

rodilla rozaba la mía de vez en cuando, porque la movía siguiendo el ritmo

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