29.01.2023 Views

Nosotros en la luna - Alice Kellen

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Sí, a cambio de vuestros nombres. Y un chiste.

—¿Un chiste? —Kate puso una mueca.

—¿Cuál de las dos se anima? —insistió.

Casi no me salía la voz mientras todos esos desconocidos me miraban

con atención, hasta que me olvidé de todo y dejé de pensar en si estaba

haciendo el ridículo o en si aquello era una broma que se había puesto de

moda en la universidad durante los últimos meses.

—Esto son dos granos de arena que van caminando por el desierto. Y

uno le dice al otro: «Oye, ¿sabes qué?, creo que nos siguen…».

Se hizo un silencio sepulcral. Y luego el chico de la cerveza se echó a

reír con ganas, llevándose una mano al estómago, con los ojos

entrecerrados. Eso me recordó a Rhys. El gesto. Las arruguitas alrededor de

los párpados. A decir verdad, se le daba un aire. También era rubio y alto,

pero tenía un cuerpo musculoso, la espalda casi tan ancha como la cintura.

—¡Joder, qué malo es! ¿Cómo te llamas?

—Ginger. ¿Y mi vaso de cerveza?

Volvió a sonreírme y empezó a servir dos mientras uno de sus amigos

entablaba conversación con Kate, preguntándole en qué curso estábamos.

Cogí el vaso de plástico cuando me lo tendió y me alejé unos pasos para

echar un vistazo alrededor. Todo el mundo parecía estar pasándoselo bien y

me gustó formar parte de aquello, de ese momento. Respiré hondo. Luego

di sorbitos pequeños mientras contemplaba a un grupo de chicas bailando

en el centro del salón haciendo el idiota, con movimientos ridículos. No

parecía importarles lo que los demás pudiesen pensar. Y sentí envidia. Y

ganas. Y…

—¿Bailamos? Venga, ¡vamos! —Kate tiró de mí.

No sé cómo, pero acabamos junto a esas chicas, que nos acogieron entre

ellas sin siquiera saber nuestros nombres. Me eché a reír al ver las caras que

ponía Kate. Y simplemente me dejé llevar; bailé, canté a pleno pulmón y

grité de emoción a coro con un montón de desconocidos cuando empezaron

a sonar las notas de Dirty Dancing.

—¿Nos haces una foto? —Le pidió Kate a una pareja que pasaba por

allí. Les dio el móvil y posamos juntas y sonrientes entre el alboroto—.

Gracias.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!