14.07.2023 Views

El-Sutil-Arte-de-Que-Te-Importe-Un-Carajo-Un-Enfoque-Disruptivo-Para-Vivir-Una-Buena-Vida-PDFDrive

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

pueden acercarse, nada más por que sí, y platicar.

Mucha gente, cuando padece alguna forma de dolor, irritación o tristeza,

abandona todo y se dedica a anestesiar lo que están sintiendo. Su meta es

regresar a “sentirse bien” tan pronto como sea posible, incluso si eso significa

utilizar sustancias, evadirse o regresar a sus valores de porquería.

Aprende a soportar el dolor que has elegido. Cuando eliges un nuevo valor,

optas por introducir una nueva forma de dolor en tu vida. Disfrútala. Saboréala.

Dale la bienvenida con los brazos abiertos. Y luego actúa a pesar del

sufrimiento.

No mentiré: te resultará demasiado complicado al principio, pero puedes

comenzar con algo sencillo. Te sentirás como si no supieras qué hacer, pero ya

discutimos esto, no sabes nada. Incluso cuando crees que lo sabes, en realidad no

tienes idea de qué carajos estás haciendo. Así que, ¿qué puedes perder?

La vida se trata de no saber y luego hacer algo de todas formas. Toda la vida

es así. Nunca cambia. Incluso cuando eres feliz. Incluso si expeles gases de

polvo de hadas. Incluso si ganas la lotería y compras una pequeña flotilla de

motos acuáticas, aun así, no sabrás qué demonios estás haciendo. Nunca lo

olvides. Y jamás tengas miedo de eso.

El principio de “haz algo”

En 2008, después de mantener un trabajo por seis largas semanas, renuncié a él

para dedicarme a un negocio en línea.

En ese momento, no tenía ninguna idea de lo que estaba haciendo, pero se

me ocurrió que, si iba a ser pobre y miserable, lo sería trabajando bajo mis

propios términos. En ese momento, también, lo único que parecía importarme en

verdad era perseguir chicas. Así que, al carajo, decidí abrir un blog sobre mi

alocada vida amorosa.

Esa primera mañana que desperté como trabajador independiente, el terror

pronto empezó a consumirme. Me encontré sentado frente a mi laptop y, por

primera vez, me di cuenta de que era totalmente responsable de todas mis

decisiones, así como de su consecuencias. Yo era el responsable de aprender por

mi cuenta a diseñar páginas web, mercadotecnia en internet, optimización de

buscadores y otros temas igual de esotéricos. Ahora el peso recaía sobre mis

hombros. Hice lo que cualquier chavo de 24 años — que recién renunció a su

empleo y no sabe hacia dónde orientarse— haría: descargué varios juegos de

computadora y evité trabajar como si se tratara de una enfermedad infecciosa.

Conforme transcurrían las semanas y mi cuenta bancaria cambió de números

negros a rojos, tenía claro que debía pensar una estrategia para comprometerme

a trabajar las 12 o 14 horas al día necesarias para sacar adelante un negocio

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!