14.07.2023 Views

El-Sutil-Arte-de-Que-Te-Importe-Un-Carajo-Un-Enfoque-Disruptivo-Para-Vivir-Una-Buena-Vida-PDFDrive

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Es cierto. Pero hay una mejor versión de este concepto; de hecho, es más

profunda y todo lo que tienes que hacer es invertir los sustantivos: “Una gran

responsabilidad conlleva un gran poder”.

Mientras más elijamos aceptar la responsabilidad de nuestras vidas, más

poder tendremos sobre ellas. Aceptar la responsabilidad de nuestros problemas

es, entonces, el primer paso para resolverlos.

Alguna vez conocí a un hombre que estaba convencido de que la razón por la

que ninguna mujer salía con él consistía en que era muy bajito. Era educado,

interesante y bien parecido —un buen partido, en principio—, pero tenía la

absoluta certeza de que las damas lo rechazaban por su baja estatura.

Y debido a que él se sentía demasiado chaparro, casi nunca salía ni trataba de

relacionarse con personas del sexo femenino. Las pocas veces que lo hizo,

regresaba de inmediato a su casa si la mujer con quien platicaba le hacía entrever

que para ella, él no era suficientemente atractivo; entonces se convencía de que

no le había agradado, incluso aunque sí le hubiera gustado. Como te puedes

imaginar, su vida amorosa apestaba.

No se daba cuenta de que él mismo había elegido el valor que lo lastimaba: la

estatura. Asumió que las mujeres sólo se sienten atraídas por la altura. Estaba

jodido, sin importar lo que hiciera.

Esta elección de valor le quitaba poder, le dio a este hombre un problema de

verdad patético: no ser lo suficientemente alto (según su perspectiva) en un

mundo destinado a la gente alta. Había muchos más valores que pudo haber

adoptado en su vida amorosa. El pensar que “Sólo quiero salir con mujeres que

me quieran por lo que soy” habría constituido un buen lugar para comenzar, un

parámetro que apreciara los valores de la honestidad y la aceptación. Pero él no

optó por esos valores. Tal vez ni siquiera se mostraba consciente de que estaba

escogiendo ese valor (o de que podía hacerlo). Aunque que no se percatara, era

responsable de sus propios problemas.

A pesar de esa responsabilidad, seguía quejándose: “Es que no tengo

opción”, le decía al barman. “¡No hay nada que pueda hacer! Las mujeres son

superficiales y vanas, y nunca les gustaré”. Sí, es culpa de todas y cada una de

las mujeres el que no les agrade un tipo que se autocompadece de sí mismo, un

tipo superficial con valores desechables. Obviamente.

Mucha gente duda al hacerse responsable de sus problemas porque cree que

ser responsable de sus problemas significa también tener la culpa de los mismos.

La responsabilidad y la culpa a menudo aparecen juntas en nuestra cultura.

Pero no son lo mismo. Si te pego con mi auto es mi culpa y quizá soy legalmente

responsable de resarcir el daño de alguna forma. Incluso si pegarte con mi coche

fue un accidente, sigo siendo responsable. Ésta es la forma en la que la culpa

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!