Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
haber sido que en verdad me estuvieran perforando lentamente el órgano
cardiaco con ese utensilio.
Tal como el dolor físico, nuestro dolor psicológico es un indicador de que
algo está fuera de equilibro, algún límite ha sido sobrepasado. De la misma
manera, al igual que el dolor físico, nuestro dolor psicológico o emocional no es
necesariamente malo o, incluso, indeseable. En algunos casos, experimentarlo
puede resultar benéfico. Así como pegarte en el dedo gordo del pie te enseña a
no estrellarte contra las mesas, el dolor emocional, el rechazo o el fracaso nos
enseñan cómo evitar cometer los mismos errores en el futuro.
Lo peligroso de una sociedad que se sobreprotege más y más contra las
incomodidades inevitables de la vida es que perdemos los beneficios de
experimentar dosis sanas de dolor, una pérdida que nos desconecta de la realidad
del mundo que nos rodea.
Quizás estés salivando con la idea de una vida libre de problemas, de
felicidad infinita y de compasión eterna, pero aquí en la Tierra los problemas
nunca terminan. En serio, nunca. El Panda de la Decepción acaba de pasar por
aquí. Tomamos unas margaritas y me lo contó todo: “Los problemas nunca se
van, sólo mejoran”, dijo. Warren Buffet tiene problemas de dinero, el mendigo
alcoholizado que se halla afuera del 7-Eleven tiene problemas de dinero. La
diferencia es que Buffet posee mejores problemas de dinero que el indigente.
Todo en la vida es así.
“La vida es, en esencia, una serie interminable de problemas, Mark”,
comentó el panda. Le dio un trago a su coctel y acomodó el pequeño paraguas
rosa en la copa. “La solución de un problema es meramente la creación del
siguiente.”
Pasaron unos minutos y me pregunté de dónde carajos vino el panda que
habla . . . y ya que estamos en esas, ¿quién hizo estas margaritas?
“No esperes una vida sin problemas. No existe tal cosa. En vez de eso,
espera una existencia llena de buenos problemas”, me aconsejó.
Después dejó su copa en la mesa, se inclinó el sombrero y se retiró con
desenfado al atardecer.
La felicidad se consigue al resolver problemas
Los problemas son una constante en la vida. Cuando resuelves tu problema de
salud al comprar la membresía de un gimnasio, creas nuevos problemas como
tener que levantarte temprano para ir a ejercitarte, sudar como drogadicto en
rehabilitación durante 30 minutos en la escaladora elíptica y luego ducharte para
no dejar malos olores en la oficina. Cuando resuelves el problema de no pasar
suficiente tiempo con tu pareja y se te ocurren los “Miércoles de cita”, generas