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El-Sutil-Arte-de-Que-Te-Importe-Un-Carajo-Un-Enfoque-Disruptivo-Para-Vivir-Una-Buena-Vida-PDFDrive

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forma, que nos tornemos más inseguros entre nosotros y nos comportemos

peores en la intimidad.

Recuerdo un día haber discutido dicha dinámica con mi maestro de ruso y él

tenía una historia interesante. Habiendo vivido bajo el comunismo por tantas

generaciones, con nula o mínima oportunidad económica y enjaulada en la

cultura del miedo, la sociedad rusa descubrió que la moneda más valiosa es la

confianza. Y para construir confianza debes ser honesto. Eso significa que

cuando las cosas va mal, lo expresas abiertamente y sin disculpas. Las muestras

de honestidad desagradable fueron ovacionadas por el simple hecho de que

resultaban necesarias para la supervivencia: tenías que saber en quién podías

apoyarte y en quién no, y necesitabas saberlo rápido.

Pero en el Oeste “libre” —según mi profesor— existía una abundancia de

oportunidad económica;tanta oportunidad económica que se volvió más valioso

presentarte de una cierta forma, incluso si era falsa, antes que en verdad ser así.

La confianza perdió su valor. Las apariencias y el arte de vender se

transformaron en maneras de expresión más ventajosas. Conocer a mucha gente

de modo superficial era más benéfico que conocer a pocas personas de manera

cercana.

Por eso, sonreír y externar frases cordiales se convirtió en la norma en las

culturas occidentales; decir mentiras blancas y estar de acuerdo con alguien,

aunque no estés de acuerdo. Por eso la gente aprende a fingir que es amiga de

gente que no le cae bien, a comprar cosas que en realidad no quiere. El sistema

económico promueve esta clase de engaño.

El problema de lo anterior es que nunca sabes, en el Oeste, si puedes confiar

por completo en la persona con la que estás hablando. A veces, este caso incluso

se da entre buenos amigos o familiares. Hay tanta presión en Occidente por

agradar, que la gente con frecuencia reconfigura totalmente su personalidad,

dependiendo de la persona con la que esté tratando.

El rechazo hace tu vida mejor

Como extensión de nuestra cultura de la positividad y del consumismo, a

muchos de nosotros nos han “adoctrinado” con la creencia de que deberíamos

estar inherentemente dispuestos a aceptar a los demás y a mostrarnos tan

afirmativos como sea posible. Ésta es la piedra angular de muchos libros de

pensamiento positivo: ábrete a las posibilidades, acepta, di sí a todo y a todos,

etcétera.

Pero necesitamos rechazar algo; de otro modo, no mantenemos ninguna

postura hacia nada. Si nada es mejor o más deseable que otra cosa, entonces

estamos vacíos y nuestra vida no tiene sentido. Nos quedamos sin valores y, en

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