14.07.2023 Views

El-Sutil-Arte-de-Que-Te-Importe-Un-Carajo-Un-Enfoque-Disruptivo-Para-Vivir-Una-Buena-Vida-PDFDrive

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

en los fondos de inversión—, todos se sienten oprimidos de alguna manera y

piensan que en cierto modo merecen estar muy molestos y obtener un cierto

grado de atención.

El ambiente mediático actual por un lado alienta y por el otro perpetúa estas

reacciones porque, después de todo, es bueno para el negocio. El escritor y el

comentador de medios Ryan Holiday se refiere a esto como “pornografía del

atropello”: más que reportar historias y temas reales, los medios consideran más

fácil (y más rentable) encontrar algo medianamente ofensivo, difundirlo en una

amplia audiencia, generar molestia y entonces transmitir esa molestia a la

población, de una forma en la que cause molestia en otra sección de la

población. Esto desata un tipo de eco de tonterías que viene y va entre dos

posturas imaginarias, mientras distrae a todos de los verdaderos problemas

sociales. No sorprende entonces que estemos más políticamente polarizados que

nunca.

El mayor problema con el victimismo chic es que acapara y resta atención a

las verdaderas víctimas. Es como Pedro y el lobo. Mientras más personas se

proclaman como víctimas a la menor provocación, más difícil es ver quiénes son

las verdaderas víctimas.

La gente se vuelve adicta a sentirse ofendida todo el tiempo porque les

provee un momento efímero de bienestar; creerse con derecho a todo y con una

superior moral se siente bien. Como lo expuso el caricaturista político Tim

Kreider, en su columna de opinión del New York Times: “El sentirse atropellado

es como esas otras cosas que te hacen sentir bien, pero con el tiempo te devoran

de adentro hacia afuera. Y es incluso más insidioso que muchos vicios, porque ni

siquiera somos conscientes de que es un placer”.

Parte de vivir en una democracia y en una sociedad libre es que todos

tenemos que lidiar con puntos de vista y con gente que no necesariamente nos

gusta. Ése es, simplemente, el precio que pagamos; incluso podrías decir que es

la razón de existir del sistema. Y parece que más y más gente está olvidando eso.

Debemos escoger nuestras batallas con cautela, mientras intentamos,

simultáneamente, coincidir un poco con nuestros supuestos enemigos.

Deberíamos acercarnos a las noticias y a los medios con una sana dosis de

escepticismo, evitar generalizar y etiquetar a aquellos con los que no estamos de

acuerdo. Debemos priorizar los valores de ser honesto, de fomentar la

transparencia y de abrazar la duda sobre los valores de siempre estar en lo

correcto, sentirnos bien y obtener venganza. Estos valores “democráticos” son

más difíciles de mantener dentro del ruido constante de un mundo globalizado. Y

a pesar de todo, debemos asumir esta responsabilidad y nutrir dichos valores. La

estabilidad futura de nuestros sistemas políticos podría depender de ello.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!