14.07.2023 Views

El-Sutil-Arte-de-Que-Te-Importe-Un-Carajo-Un-Enfoque-Disruptivo-Para-Vivir-Una-Buena-Vida-PDFDrive

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Lo llevaban de entrevistas de televisión a las de radio, los políticos ansiaban

estrechar su mano, incluso publicó un libro y el gobierno le ofreció una gran

suma de dinero.

Pero lo que encontró al regresar a su patria lo horrorizó: una cultura

consumista, capitalista y superficial que había perdido todas las tradiciones de

honor y sacrificio sobre las que su generación fue criada.

Onoda trató de utilizar su súbita fama para restablecer los valores del viejo

Japón, pero ya no comprendía a la nueva sociedad. Era visto más como una obra

maestra que como un pensador cultural serio, un hombre japonés que emergió de

una cápsula del tiempo para maravilla de todos, igual que una reliquia en un

museo.

Y en la ironía de las ironías, Onoda se deprimió más de lo que jamás había

experimentado durante todos los años que vivió en la selva. Al menos en este

sitio hostil su vida había valido algo, había significado algo; esto hacía que su

sufrimiento fuera soportable, incluso ligeramente deseable. Pero de vuelta en

Japón, en lo que ahora consideraba él una nación vana, llena de hippies y

mujeres libertinas vestidas al estilo occidental, se enfrentó a una verdad

inevitable: que su lucha no había valido para nada. El Japón por el que había

vivido y combatido, ya no existía. El peso de esta comprensión lo atravesó como

ninguna bala jamás pudo hacerlo. Porque su sufrimiento no había significado

nada; de pronto se dio cuenta de la verdad: había desperdiciado 30 años.

Tanto le afectó a Onoda lo anterior, que recogió sus cosas y se mudó a Brasil,

donde permaneció hasta su muerte.

La cebolla de la autoconciencia

La conciencia de uno mismo es como una cebolla. Posee múltiples capas y

mientras más las peles, hay más probabilidades de que comiences a llorar en

momentos inapropiados.

Digamos que la primera capa de la cebolla de la autoconciencia es una

simple comprensión de las propias emociones. “En este momento me siento

feliz”. “Esto me pone triste”. “Esto me da alegría”.

Por desgracia, existen muchas personas que son malísimas para ser

conscientes de sí mismas en éste, el nivel más básico. Lo sé porque soy una de

ellas. Mi esposa y yo a veces mantenemos una divertida conversación que va

más o menos así:

ELLA. ¿Te sucede algo malo?

YO. No, todo está bien. No ocurre nada.

ELLA. No, algo está mal. Cuéntame.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!