Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
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Nos sentamos en la saliente y permanecimos en completo silencio durante cosa <strong>de</strong> una hora, hasta el<br />
amanecer. Luego tomamos comida <strong>de</strong> <strong>los</strong> guajes. Don Juan dijo que <strong>de</strong>bíamos permanecer en la saliente<br />
hasta mediodía, y que no íbamos a quedarnos dormidos sino que hablaríamos como si no hubiese nada<br />
fuera <strong>de</strong> lo común.<br />
Me pidió relatar con <strong>de</strong>talle todo lo ocurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que me <strong>de</strong>jó. Cuando terminé mi<br />
relato, permaneció en silencio un buen rato. Parecía inmerso en pensamientos profundos.<br />
-La cosa no está tan buena que digamos -dijo por fin-. Lo que te sucedió anoche fue muy grave, tan<br />
grave que ya no pue<strong>de</strong>s aventurarte solo en la noche. De ahora en a<strong>de</strong>lante, las entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la noche no te<br />
<strong>de</strong>jarán en paz.<br />
-¿Qué me sucedió anoche, don Juan?<br />
-Tropezaste con unas entida<strong>de</strong>s que están en el mundo, y que actúan sobre la gente. No sabes nada <strong>de</strong><br />
ellas porque nunca las has encontrado. Quizá sería más propio llamarlas entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las montañas; no<br />
pertenecen realmente a la noche. Las llamo entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la noche porque en la oscuridad se las pue<strong>de</strong> percibir<br />
con mayor facilidad. Están aquí, a nuestro alre<strong>de</strong>dor, a toda hora. Sólo que <strong>de</strong> día es más difícil<br />
percibirlas, simplemente porque el mundo nos es familiar, y lo que es familiar se sale a<strong>de</strong>lante. En cambio,<br />
en la oscuridad todo es igualmente extraño y muy pocas cosas se salen a<strong>de</strong>lante, así que <strong>de</strong> noche somos<br />
más susceptibles a esas entida<strong>de</strong>s.<br />
-¿Pero son reales, don Juan?<br />
-¡Seguro! Son tan reales que por lo común matan a la gente, sobre todo a <strong>los</strong> que se pier<strong>de</strong>n en el monte<br />
y no tienen po<strong>de</strong>r personal.<br />
-Si usted sabía que son tan peligrosas, ¿por qué me <strong>de</strong>jó solo allí?<br />
-Sólo hay un modo <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r: poniendo manos a la obra. No tiene caso estar nomás hablando <strong>de</strong>l<br />
po<strong>de</strong>r. Si quieres conocer lo que es el po<strong>de</strong>r, y si quieres guardarlo, <strong>de</strong>bes empren<strong>de</strong>r todo por tu cuenta.<br />
"El camino <strong>de</strong>l conocimiento y el po<strong>de</strong>r es muy difícil y muy largo. Habrás notado que, hasta anoche,<br />
nunca te he <strong>de</strong>jado aventurarte solo en la oscuridad. No tenías suficiente po<strong>de</strong>r <strong>para</strong> hacerlo. Ahora tienes<br />
suficiente <strong>para</strong> dar una buena batalla, pero no <strong>para</strong> quedarte solo en lo oscuro."<br />
-¿Qué pasaría si lo hiciera?<br />
-Morirías. Las entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la noche te aplastarían como a un bicho.<br />
-¿Quiere eso <strong>de</strong>cir que no puedo pasar la noche solo?<br />
-Pue<strong>de</strong>s pasar la noche solo en tu cama, pero no en el monte.<br />
-¿Y en el llano?<br />
-Te hablo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spoblado, don<strong>de</strong> no hay gente, y especialmente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spoblado <strong>de</strong> las montañas altas.<br />
Como las moradas naturales <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la noche son las rocas y las grietas, no pue<strong>de</strong>s ir a las<br />
montañas <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante, a menos que hayas guardado suficiente po<strong>de</strong>r personal.<br />
-¿Pero cómo puedo guardar po<strong>de</strong>r personal?<br />
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-Lo estás haciendo al vivir como te he recomendado. Poco a poco estás tapando todos tus puntos <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sagüe. No tienes que hacerlo en forma <strong>de</strong>liberada, porque el po<strong>de</strong>r siempre encuentra un modo. Aquí<br />
me tienes a mí, por ejemplo. Yo no sabía que estaba guardando po<strong>de</strong>r cuando empecé por vez primera a<br />
apren<strong>de</strong>r las cosas <strong>de</strong>l guerrero. Igual que tú, creí que no estaba haciendo nada en particular, pero no era<br />
así. El po<strong>de</strong>r tiene la peculiaridad <strong>de</strong> que no se nota cuando se lo está guardando.<br />
Le pedí explicar cómo había llegado a la conclusión <strong>de</strong> que era peligroso <strong>para</strong> mí quedarme solo en la<br />
oscuridad.<br />
-Las entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la noche iban moviéndose a tu izquierda -dijo-. Trataban <strong>de</strong> aunarse con tu muerte.<br />
Sobre todo la puerta que viste. Era una entrada, sabes, y te habría jalado hasta obligarte a cruzarla. Y ése<br />
habría sido tu fin.<br />
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