10.05.2013 Views

Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...

Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...

Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-¿Se lo enseñó su padre?<br />

-No. Digamos que lo aprendí solo, y ahora voy a darte el secreto, <strong>para</strong> que no te vayas hoy con las<br />

manos vacías.<br />

Bajó la voz hasta un susurro dramático. Reí <strong>de</strong> su histrionismo. Había que admitir su excelencia en ese<br />

renglón. Por mi mente cruzó la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que me hallaba ante un actor nato.<br />

-Escríbelo -dijo con arrogante con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia-. ¿Por qué no? Parece que así estás más a gusto.<br />

Lo miré, y mis ojos <strong>de</strong>ben haber <strong>de</strong>latado mi confusión. Él se dio palmadas en <strong>los</strong> mus<strong>los</strong> y rió con gran<br />

<strong>de</strong>leite.<br />

-Vale más borrar toda historia personal -dijo <strong>de</strong>spacio, como dando tiempo a mi torpeza <strong>de</strong> anotar sus<br />

palabras- porque eso nos libera <strong>de</strong> la carga <strong>de</strong> <strong>los</strong> pensamientos ajenos.<br />

No pu<strong>de</strong> creer que en verdad estuviera diciendo eso. Tuve un momento <strong>de</strong> gran confusión. Él, sin duda,<br />

leyó en mi rostro mi agitación interna, y la utilizó <strong>de</strong> inmediato.<br />

-Aquí estás tú, por ejemplo -prosiguió-. En estos momentos no sabes si vas o vienes. Y eso es porque yo<br />

he borrado mi historia personal. Poco a poco, he creado una niebla alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> mí y <strong>de</strong> mi vida. Y ahora,<br />

nadie sabe <strong>de</strong> cierto quién soy ni qué hago.<br />

-Pero usted mismo sabe quién es, ¿no? -intercalé.<br />

-Por supuesto que... no -exclamó y rodó por el suelo, riendo <strong>de</strong> mi expresión sorprendida.<br />

Había hecho una pausa lo bastante larga <strong>para</strong> hacerme creer que iba a <strong>de</strong>cir que sí sabía, como yo<br />

anticipaba. El subterfugio me resultó muy amenazante. En verdad me dio miedo.<br />

-Ése es el secretito que voy a darte hoy -dijo en voz baja-. Nadie conoce mi historia personal. Nadie<br />

sabe quién soy ni qué hago. Ni siquiera yo.<br />

Achicó <strong>los</strong> ojos. No miraba en mi dirección sino más allá, por encima <strong>de</strong> mi hombro <strong>de</strong>recho. Estaba<br />

sentado con las piernas cruzadas, tenía la espalda <strong>de</strong>recha y sin embargo parecía <strong>de</strong> lo más relajado. En<br />

aquel instante era la imagen misma <strong>de</strong> la fiereza. Lo imaginé fantasiosamente como un jefe indio, un<br />

"guerrero <strong>de</strong> piel roja" en las románticas sagas fronterizas <strong>de</strong> mi niñez. Mi romanticismo me arrastró, y un<br />

sentimiento <strong>de</strong> ambivalencia sumamente insidioso tejió su red en torno mío. Podía <strong>de</strong>cir sinceramente que<br />

don Juan me simpatizaba mucho, y añadir, en el mismo aliento, que le tenía un miedo mortal.<br />

Sostuvo esa extraña mirada durante un momento largo.<br />

-¿Cómo puedo saber quién soy, cuando soy todo esto? -dijo, barriendo el entorno con un gesto <strong>de</strong> su<br />

cabeza.<br />

Luego posó en mí <strong>los</strong> ojos y sonrió.<br />

-Poco a poco tienes que crear una niebla en tu alre<strong>de</strong>dor; <strong>de</strong>bes borrar todo cuanto te ro<strong>de</strong>a hasta que<br />

nada pueda darse por hecho, hasta que nada sea ya cierto. Tu problema es que eres <strong>de</strong>masiado cierto. Tus<br />

empresas son <strong>de</strong>masiado ciertas; tus humores son <strong>de</strong>masiado ciertos. No tomes las cosas por hechas.<br />

Debes empezar a borrarte.<br />

-¿Para qué? -pregunté, belicoso.<br />

www.bibliotecaespiritual.com<br />

Se me aclaró que don Juan me estaba dando reglas <strong>de</strong> conducta. A lo largo <strong>de</strong> toda mi vida, yo había<br />

llegado al punto <strong>de</strong> ruptura cuando alguien trataba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirme qué hacer; la sola i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que me dijeran<br />

qué hacer me ponía <strong>de</strong> inmediato a la <strong>de</strong>fensiva.<br />

-Dijiste que querías apren<strong>de</strong>r <strong>los</strong> asuntos <strong>de</strong> las plantas -dijo él calmadamente-. ¿Quieres recibir algo a<br />

cambio <strong>de</strong> nada? ¿Qué te crees que es esto? Quedamos en que tú me harías preguntas y yo te diría lo que<br />

sé. Si no te gusta, no tenemos nada más qué <strong>de</strong>cirnos.<br />

Su terrible franqueza me <strong>de</strong>spertó resentimiento, y a regañadientes concedí que él tenía la razón.<br />

13

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!