Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
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-De plano, yo no vendría por aquí <strong>para</strong> nada. -dijo-. Pero el cuervo señaló en esta dirección. Debe haber<br />
algo especial en este sitio.<br />
-¿Tenemos realmente que estar aquí, don Juan?<br />
-Sí. De lo contrario, evitaría yo este sitio.<br />
Yo me había puesto extremadamente nervioso. Don Juan me dijo que escuchara sus palabras con toda<br />
atención.<br />
-Lo único que pue<strong>de</strong> hacerse en este sitio es cazar pumas -prosiguió-. Así que voy a enseñarte eso.<br />
"Hay un modo especial <strong>de</strong> construir una trampa <strong>para</strong> las ratas <strong>de</strong> agua que viven cerca <strong>de</strong> <strong>los</strong> ojos <strong>de</strong><br />
agua. Sirven <strong>de</strong> cebo. Los lados <strong>de</strong> la jaula están hechos <strong>de</strong> modo que se caen, y al caer <strong>de</strong>jan al <strong>de</strong>scubierto<br />
púas muy fi<strong>los</strong>as. Las púas no se ven cuando la trampa está puesta, y no afectan nada a menos que algo<br />
caiga sobre la jaula; en ese caso <strong>los</strong> lados se caen y las púas atraviesan lo que haya pegado en la trampa."<br />
Yo no entendía, pero él trazó un diagrama en el suelo y me mostró que, si <strong>los</strong> soportes verticales <strong>de</strong> la<br />
jaula se colocaban en hoyos cóncavos hechos en el marco a guisa <strong>de</strong> pivotes, la jaula se <strong>de</strong>splomaría <strong>para</strong><br />
un lado o el otro cuando algo empujara su parte superior.<br />
Las púas eran aguzadas astillas puntiagudas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra dura, que se colocaban en todo el contorno <strong>de</strong>l<br />
marco y se aseguraban a él.<br />
Don Juan dijo que, por lo común, se ponía una pesada carga <strong>de</strong> piedras sobre una red <strong>de</strong> varas conectada<br />
a la jaula y colgada encima <strong>de</strong> ella, a buena altura. Cuando el gato montés llegaba a la trampa cebada<br />
con las ratas <strong>de</strong> agua, generalmente intentaba romperla <strong>de</strong> un fuerte zarpazo; entonces las púas le<br />
atravesaban las patas y el animal, frenético, daba el salto, echándose encima una avalancha <strong>de</strong> piedras.<br />
-A lo mejor algún día necesitas atrapar un gato montés -dijo don Juan-. Tienen po<strong>de</strong>res especiales. Son<br />
tremendos y muy listos, y la única manera <strong>de</strong> atrapar<strong>los</strong> es engañándo<strong>los</strong> con el dolor y con el aroma <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
sauces <strong>de</strong> río.<br />
Con rapi<strong>de</strong>z asombrosa armó una trampa, y tras larga espera capturó tres roedores rechonchos, con<br />
aspecto <strong>de</strong> ardillas.<br />
Me indicó cortar un puñado <strong>de</strong> mimbres <strong>de</strong> la orilla <strong>de</strong>l pantano y frotar con el<strong>los</strong> mi ropa. Él hizo lo<br />
mismo. Luego, con rapi<strong>de</strong>z y habilidad, tejió con juncos dos sencillas re<strong>de</strong>s portadoras, recogió <strong>de</strong>l pantano<br />
un gran montón <strong>de</strong> lodo y plantas ver<strong>de</strong>s, y lo llevó a la meseta, don<strong>de</strong> se ocultó.<br />
Mientras tanto, <strong>los</strong> roedores habían empezado a chillar a todo volumen.<br />
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Don Juan habló <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su escondite <strong>para</strong> indicarme que usara la otra red, juntara una buena cantidad <strong>de</strong><br />
plantas y lodo, y trepase a las ramas bajas <strong>de</strong> un árbol cercano a la jaula don<strong>de</strong> estaban <strong>los</strong> roedores.<br />
Don Juan dijo que no quería hacer ningún daño al puma ni a las ratas <strong>de</strong> agua, <strong>de</strong> modo que iba a<br />
arrojarle lodo al león si éste se acercaba a la trampa.<br />
Me dijo que estuviese alerta y golpeara al puma con mi bulto <strong>de</strong> lodo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que él lo hubiera<br />
hecho, <strong>para</strong> asustarlo. Me recomendó mucho cuidado <strong>para</strong> no caer <strong>de</strong>l árbol. Sus instrucciones finales<br />
fueron permanecer tan quieto que me confundiera con las ramas.<br />
Yo no podía ver dón<strong>de</strong> estaba don Juan. El chillar <strong>de</strong> <strong>los</strong> roedores se hizo extremadamente fuerte. Llegó<br />
a estar tan oscuro que apenas me era posible distinguir la configuración general <strong>de</strong>l terreno. Percibí el<br />
súbito sonido cercano <strong>de</strong> pasos suaves y una exhalación felina amortiguada, luego un gruñido muy suave y<br />
las ratas <strong>de</strong> agua cesaron <strong>de</strong> chillar. En ese mismo instante vi la masa oscura <strong>de</strong> un animal justamente<br />
<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l árbol don<strong>de</strong> me encontraba. Incluso antes <strong>de</strong> que yo pudiera estar seguro <strong>de</strong> que era un puma,<br />
se lanzó contra la trampa, pero no llegó a alcanzarla porque algo lo golpeó y lo hizo recular. Arrojé mi bulto,<br />
como don Juan me había dicho. No dio en el blanco, pero hizo mucho ruido. En ese instante don Juan soltó<br />
una serie <strong>de</strong> gritos penetrantes que me produjeron escalofríos, y el puma, con extraordinaria agilidad, saltó<br />
a la meseta y <strong>de</strong>sapareció.<br />
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