Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
sobre el hombre común. Al hombre común le importa que las cosas sean verdad o mentira; al guerrero no.<br />
El hombre común proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> un modo especifico con las cosas que sabe ciertas, y <strong>de</strong> modo distinto con las<br />
cosas que sabe no son ciertas. Si se dice que las cosas son ciertas, él actúa y cree en lo que hace. Pero si se<br />
dice que las cosas no son ciertas, no le importa actuar o no cree en lo que hace. En cambio, un guerrero<br />
actúa en ambos casos. Si le dicen que las cosas son ciertas, actúa por hacer. Si le dicen que no son ciertas,<br />
actúa <strong>de</strong> todos modos, por no-hacer. ¿Ves lo que quiero <strong>de</strong>cir?<br />
-No, no veo <strong>para</strong> nada a qué se refiere usted -dije.<br />
Las aseveraciones <strong>de</strong> don Juan <strong>de</strong>spertaban mi ánimo belicoso. Yo no podía hallar sentido a lo que me<br />
<strong>de</strong>cía. Dije que eran incoherencias, y él se burló <strong>de</strong> mí y repuso que yo ni siquiera tenía un espíritu<br />
impecable en lo que más me gustaba hacer: hablar. Llegó a burlarse <strong>de</strong> mi dominio verbal y a tacharlo <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>fectuoso e impropio.<br />
-Si vas a ser pura boca, sé un guerrero bocón. -dijo y rió a carcajadas.<br />
Me sentí abatido. Los oídos me zumbaban. Experimenté un calor incómodo en la cabeza. De hecho, me<br />
hallaba apenado, y probablemente ruboroso.<br />
Me puse <strong>de</strong> pie y fui al chaparral y sepulté la piedrecilla.<br />
-Te estaba fregando un poco -dijo don Juan cuando regresé y volví a sentarme-. Y sin embargo sé que si<br />
no hablas no entien<strong>de</strong>s. Hablar es hacer <strong>para</strong> ti, pero hablar no viene al caso y, si quieres saber a qué me<br />
refiero con lo <strong>de</strong> no-hacer, <strong>de</strong>bes hacer un ejercicio sencillo. Como nos ocupa el no-hacer, no importa si<br />
haces el ejercicio ahora o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> diez años.<br />
Me hizo acostarme y, tomando mi brazo <strong>de</strong>recho, lo dobló por el codo. Luego dio vuelta a mi mano<br />
hasta que la palma miraba al frente; curvó <strong>los</strong> <strong>de</strong>dos como si asieran una perilla <strong>de</strong> puerta, y empezó a<br />
mover mi brazo hacia a<strong>de</strong>lante y hacia atrás en una trayectoria circular; la acción semejaba la <strong>de</strong> empujar y<br />
jalar una palanca unida a una rueda.<br />
Don Juan dijo que un guerrero ejecutaba ese movimiento cada vez que <strong>de</strong>seaba sacar algo <strong>de</strong> su cuerpo:<br />
por ejemplo, una enfermedad o un sentimiento in<strong>de</strong>seable. La i<strong>de</strong>a era empujar y jalar una imaginaria<br />
fuerza oponente hasta sentir que un objeto pesado, un cuerpo sólido, frenaba el libre movimiento <strong>de</strong> la<br />
mano. En el caso <strong>de</strong>l ejercicio, el "no-hacer" consistía en repetirlo hasta sentir con la mano el cuerpo<br />
pesado, aunque <strong>de</strong> hecho uno jamás pudiera creer que fuese posible sentirlo.<br />
Empecé a mover el brazo y tras corto rato mi mano se puso fría como el hielo. Yo había empezado a<br />
sentir, en torno <strong>de</strong> ella, una especie <strong>de</strong> materia pulposa. Era como si me hallara agitando un liquido <strong>de</strong><br />
viscosidad pesada.<br />
Don Juan hizo un movimiento súbito y asió mi brazo <strong>para</strong> <strong>de</strong>tener el movimiento. Todo mi cuerpo se<br />
estremeció, como agitado por alguna fuerza invisible. Él me escudriñó mientras yo tomaba asiento; luego<br />
caminó en torno mío antes <strong>de</strong> volver a sentarse en el sitio don<strong>de</strong> había estado.<br />
-Ya hiciste bastante -dijo-. Pue<strong>de</strong>s hacer este ejercicio en otra ocasión, cuando tengas más po<strong>de</strong>r<br />
personal.<br />
-¿Hice algo mal?<br />
www.bibliotecaespiritual.com<br />
-No. No-hacer es sólo <strong>para</strong> guerreros muy fuertes y tú no tienes aún el po<strong>de</strong>r <strong>para</strong> agarrarte con eso.<br />
Ahora nada más atraparías cosas horrendas con la mano. Conque hazlo poquito a poco, hasta que ya no se<br />
te enfríe la mano. Cuando conserva su calor, pue<strong>de</strong>s sentir con ella las líneas <strong>de</strong>l mundo.<br />
Hizo una pausa como <strong>para</strong> darme tiempo <strong>de</strong> preguntar con respecto a las líneas. Pero antes <strong>de</strong> que yo<br />
tuviera oportunidad <strong>de</strong> hacerlo, empezó a explicarme que había números infinitos <strong>de</strong> líneas que nos<br />
juntaban a las cosas. Dijo que el ejercicio <strong>de</strong> "no-hacer" que acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir, ayudaría a cualquiera a<br />
sentir una línea brotada <strong>de</strong> la mano en movimiento, una línea que uno podía colocar o arrojar don<strong>de</strong><br />
quisiera. Don Juan dijo que éste era sólo un ejercicio, porque las líneas formadas por la mano no eran lo<br />
bastante dura<strong>de</strong>ras <strong>para</strong> tener valor real en una situación práctica.<br />
-Un hombre <strong>de</strong> conocimiento usa otras partes <strong>de</strong> su cuerpo <strong>para</strong> producir líneas dura<strong>de</strong>ras -dijo.<br />
110