10.05.2013 Views

Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...

Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...

Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-¿Qué partes <strong>de</strong>l cuerpo, don Juan?<br />

-Las líneas más dura<strong>de</strong>ras que un hombre <strong>de</strong> conocimiento produce, vienen <strong>de</strong> la parte media <strong>de</strong>l<br />

cuerpo -dijo-. Pero también pue<strong>de</strong> hacerlas con <strong>los</strong> ojos.<br />

-¿Son líneas reales?<br />

-Seguro.<br />

-¿Pue<strong>de</strong>n verse y tocarse?<br />

-Digamos que pue<strong>de</strong>n sentirse. La parte más difícil <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong>l guerrero es darse cuenta <strong>de</strong> que el<br />

mundo es un sentir. Cuando uno no-hace, está sintiendo el mundo, y se siente a través <strong>de</strong> sus líneas.<br />

Calló y me examinó con curiosidad. Alzó las cejas y abrió <strong>los</strong> ojos y luego parpa<strong>de</strong>ó. El efecto fue como<br />

si un pájaro parpa<strong>de</strong>ase. Casi <strong>de</strong> inmediato experimenté una sensación <strong>de</strong> incomodidad y náusea. Era, <strong>de</strong><br />

hecho, como si algo presionara mi estómago.<br />

-¿Ves lo que quiero <strong>de</strong>cir? -preguntó don Juan, y apartó <strong>los</strong> ojos.<br />

Mencioné que sentía náuseas y él repuso, como si tal cosa, que ya lo sabía, y que estaba tratando <strong>de</strong><br />

hacerme sentir las líneas <strong>de</strong>l mundo, con sus ojos. Yo no podía aceptar la afirmación <strong>de</strong> que él mismo me<br />

estaba haciendo sentirme así. Di voz a mis dudas. Apenas podía concebir la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que él estuviese<br />

causando mi náusea, pues no había tenido el menor contacto físico conmigo.<br />

-No-hacer es muy sencillo pero muy difícil -dijo-. No es cosa <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlo, sino <strong>de</strong> dominarlo. Ver, por<br />

supuesto, es la hazaña final <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> conocimiento, y sólo se logra ver cuando uno ha <strong>para</strong>do el<br />

mundo a través <strong>de</strong> la técnica <strong>de</strong> no-hacer.<br />

Sonreí involuntariamente. No había comprendido sus palabras.<br />

-Guando uno hace algo con la gente -dijo-, sólo <strong>de</strong>bía preocuparse por presentar el caso a sus cuerpos.<br />

Eso es lo que he estado haciendo contigo hasta ahora: hacerle saber a tu cuerpo. ¿A quién le importa que<br />

tú entiendas o no?<br />

-Pero, eso no es justo, don Juan. Yo quiero enten<strong>de</strong>rlo todo; <strong>de</strong> otra forma, el venir aquí sería per<strong>de</strong>r mi<br />

tiempo.<br />

-¡Per<strong>de</strong>r tu tiempo! -exclamó, parodiando mi tono-. De veras eres presumido.<br />

Se levantó y me dijo que íbamos a trepar a la cima <strong>de</strong>l pico <strong>de</strong> lava a nuestra <strong>de</strong>recha.<br />

El ascenso a la cima fue penosísimo. Era alpinismo en forma, sólo que no había cuerdas que nos ayudaran<br />

y protegieran. Repetidas veces, don Juan me indicó no mirar hacia abajo, y en un par <strong>de</strong> ocasiones<br />

tuvo que alzarme en vilo, pues empecé a resbalar por la roca. Me apenaba terriblemente el que don Juan, a<br />

sus años, tuviera que auxiliarme. Le dije que me hallaba en pésimas condiciones físicas porque era<br />

<strong>de</strong>masiado perezoso <strong>para</strong> hacer cualquier ejercicio. Repuso que, una vez alcanzado cierto nivel <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

personal, se hacía innecesario el ejercicio o cualquier entrenamiento <strong>de</strong> ese tipo, ya que, <strong>para</strong> hallarse en<br />

forma impecable, la única práctica necesaria era la <strong>de</strong> "no-hacer".<br />

Cuando llegamos a la cima, me tiré al suelo. Estaba a punto <strong>de</strong> vomitar. Don Juan me hizo rodar <strong>de</strong> un<br />

lado a otro, con el pie, como había hecho una vez anterior. Poco a poco el movimiento restauró mi<br />

equilibrio. Pero me sentía nervioso. Era como si <strong>de</strong> algún modo aguardase la súbita aparición <strong>de</strong> algo.<br />

Involuntariamente, miré dos o tres veces a cada lado. Don Juan no dijo palabra, pero también miró en la<br />

dirección que yo observaba.<br />

-Las sombras son asuntos peculiares -dijo <strong>de</strong> repente-. Has <strong>de</strong> haber notado que una nos viene<br />

siguiendo.<br />

-No he notado nada semejante -protesté en voz alta.<br />

www.bibliotecaespiritual.com<br />

Don Juan dijo que mi cuerpo había notado la persecución, pese a mi oposición obstinada, y me aseguró<br />

en tono confi<strong>de</strong>ncial que no había nada fuera <strong>de</strong> lo común en ser seguido por una sombra.<br />

111

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!