Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
en <strong>los</strong> dos mundos. La razón <strong>de</strong> que casi se nos reventaran las tripas <strong>de</strong> tanto reír fue que tú <strong>de</strong> veras<br />
pensabas que nos estabas trayendo <strong>de</strong> don<strong>de</strong> creíste hallar tu coche.<br />
-¿Pero cómo me forzó a ver el mundo como <strong>los</strong> brujos?<br />
-Yo estaba con él. Los dos conocemos ese mundo Ya conociéndolo, lo único que se necesita <strong>para</strong> producirlo<br />
es usar ese otro anillo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que te he dicho que <strong>los</strong> brujos tienen. Genaro pue<strong>de</strong> hacerlo con la<br />
misma facilidad con la que mueve <strong>los</strong> <strong>de</strong>dos. Te tuvo ocupado volteando piedras <strong>para</strong> distraer tus pensamientos<br />
y permitir que tu cuerpo viera.<br />
Le dije que <strong>los</strong> sucesos <strong>de</strong> <strong>los</strong> tres últimos días habían causado algún daño irre<strong>para</strong>ble a mi i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l<br />
mundo. Dije que, durante <strong>los</strong> diez años que llevaba <strong>de</strong> verlo, jamás había experimentado una sacudida tal,<br />
ni siquiera las veces que ingerí plantas psicotrópicas.<br />
-Las plantas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r son sólo una ayuda -dijo don Juan-. Lo <strong>de</strong> verdad es cuando el cuerpo se da<br />
cuenta <strong>de</strong> que pue<strong>de</strong> ver. Sólo entonces somos capaces <strong>de</strong> saber que el mundo que contemplamos cada día<br />
no es nada, más que una <strong>de</strong>scripción. Mi intención ha sido mostrarte eso. Desgraciadamente, te queda muy<br />
poco tiempo antes <strong>de</strong> que el. aliado te salga al paso.<br />
-¿Tiene que salirme al paso?<br />
-No hay manera <strong>de</strong> evitarlo. Para ver hay que apren<strong>de</strong>r la forma en que <strong>los</strong> brujos miran el mundo; por<br />
eso hay que llamar al aliado, y una vez que se le llama, viene.<br />
-¿No podía usted enseñarme a ver sin llamar al aliado?<br />
-No. Para ver hay que apren<strong>de</strong>r a mirar el mundo en alguna otra forma, y la única otra forma que<br />
conozco es la <strong>de</strong>l brujo.<br />
XX. EL VIAJE A IXTLÁN<br />
DON GENARO regresó a eso <strong>de</strong>l mediodía y, siguiendo la sugerencia <strong>de</strong> don Juan, <strong>los</strong> tres fuimos en<br />
coche a la cordillera don<strong>de</strong> yo estuve el día anterior. Caminamos por el mismo sen<strong>de</strong>ro que seguí, pero en<br />
vez <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenernos en la meseta alta, como yo había hecho, continuamos ascendiendo hasta alcanzar la parte<br />
superior <strong>de</strong> la cordillera más baja; luego empezamos a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a un valle llano.<br />
Nos <strong>de</strong>tuvimos a <strong>de</strong>scansar en la cima <strong>de</strong> un cerro alto. Don Genaro eligió el lugar. Automáticamente<br />
me senté, como siempre he hecho en compañía <strong>de</strong> ambos, con don Juan a mi <strong>de</strong>recha y don Genaro a mi<br />
izquierda, formando un triángulo.<br />
El chaparral <strong>de</strong>sértico había adquirido un exquisito lustre húmedo. Se veía ver<strong>de</strong> brillante tras una corta<br />
lluvia <strong>de</strong> primavera.<br />
-Genaro te va a contar algo -me dijo don Juan <strong>de</strong> repente-. Te va a contar la historia <strong>de</strong> su primer<br />
encuentro con su aliado. ¿No es cierto, Genaro?<br />
Había un matiz <strong>de</strong> ruego en la voz <strong>de</strong> don Juan. Don Genaro me miró y contrajo <strong>los</strong> labios hasta que su<br />
boca parecía un agujero redondo. Dobló la lengua contra el paladar y empezó a abrir y cerrar la boca como<br />
si tuviera espasmos.<br />
Don Juan lo miró y rió con fuerza. Yo no sabía cómo tomar aquello.<br />
-¿Qué está haciendo? -pregunté a don Juan.<br />
-¡Es una gallina! -dijo él.<br />
-¿Una gallina?<br />
-Mira, mira su boca. Ése es el culo <strong>de</strong> la gallina, y está a punto <strong>de</strong> poner un huevo.<br />
www.bibliotecaespiritual.com<br />
Los espasmos <strong>de</strong> don Genaro parecieron aumentar. Tenía en <strong>los</strong> ojos una expresión rara, <strong>de</strong> locura. Su<br />
boca se abrió como si <strong>los</strong> espasmos dilataran el agujero redondo. Produjo con la garganta una especie <strong>de</strong><br />
142