Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
-¿Eran aliados?<br />
-No. Eran aprendices <strong>de</strong> un hombre que conozco.<br />
-¿Por qué les dijo usted sombras?<br />
-Porque en ese momento <strong>los</strong> había tocado el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> no-hacer, y como no son tan estúpidos como tú,<br />
cambiaron a algo muy distinto <strong>de</strong> lo que tú conoces. Por ese motivo no quise que <strong>los</strong> miraras. Sólo te habría<br />
hecho mal.<br />
No me quedaban preguntas. Tampoco tenía hambre. Don Juan comió <strong>de</strong> buena gana y parecía <strong>de</strong> un<br />
humor excelente. Pero yo me sentía <strong>de</strong>primido. De pronto, una gran fatiga me saturó. Tomé conciencia <strong>de</strong><br />
que el camino <strong>de</strong> don Juan era <strong>de</strong>masiado arduo <strong>para</strong> mí. Comenté que no llenaba <strong>los</strong> requisitos <strong>para</strong><br />
convertirme en brujo.<br />
-Quizá otro encuentro con Mescalito te ayu<strong>de</strong> -dijo él.<br />
Le aseguré que eso era lo que más lejos estaba <strong>de</strong> mi mente, y que ni siquiera tomaría en cuenta la<br />
posibilidad.<br />
-Tienen que pasarte cosas muy drásticas <strong>para</strong> que permitas a tu cuerpo aprovechar lo que has aprendido<br />
-dijo.<br />
Aventuré la opinión <strong>de</strong> que, no siendo indio, carecía <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s básicas <strong>para</strong> vivir la insólita<br />
existencia <strong>de</strong> un brujo.<br />
-Tal vez, si lograra <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rme <strong>de</strong> todos mis compromisos, podría <strong>de</strong>senvolverme un poco mejor en<br />
su mundo -dije-. O si me fuera con usted al <strong>de</strong>sierto, a vivir allí. Como están las cosas, el hecho <strong>de</strong> tener un<br />
pie en cada mundo me hace inútil en ambos.<br />
Se me quedó mirando un rato.<br />
-Éste es tu mundo -dijo, señalando la calle tumultuosa <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la ventana-. Eres hombre <strong>de</strong> ese<br />
mundo. Y allá afuera, en ese mundo, está tu campo <strong>de</strong> caza. No hay manera <strong>de</strong> escapar al hacer <strong>de</strong> nuestro<br />
mundo; por eso, lo que hace un guerrero es convertir su mundo en su campo <strong>de</strong> caza. Como cazador, el<br />
guerrero sabe que el mundo está hecho <strong>para</strong> usarse. De modo que lo usa hasta lo último. Un guerrero es<br />
como un pirata que no tiene escrúpu<strong>los</strong> en tomar y usar cualquier cosa que <strong>de</strong>see, sólo que el guerrero no<br />
se aflige ni se ofen<strong>de</strong> cuando lo usan y lo toman a él.<br />
Martes, diciembre 11, 1962<br />
XVII. UN ADVERSARIO QUE VALE LA PENA<br />
Mis trampas eran perfectas; la ubicación era correcta; vi conejos, ardillas y otros roedores, perdices, pájaros,<br />
pero nada pu<strong>de</strong> capturar en todo el día.<br />
Don Juan me dijo, cuando salíamos <strong>de</strong> su casa muy <strong>de</strong> mañana, que ese día habría <strong>de</strong> esperar un "regalo<br />
<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r", un animal excepcional que tal vez cayera en mis trampas y cuya carne podría yo secar <strong>para</strong><br />
convertir en "comida <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r".<br />
Don Juan parecía pensativo. No hizo una sola sugerencia o comentario. Casi al terminar el día, habló por<br />
fin.<br />
-Alguien está interfiriendo con tu cacería -dijo.<br />
-¿Quién? -pregunté, verda<strong>de</strong>ramente sorprendido.<br />
Me miró y sonrió y meneó la cabeza en un gesto incrédulo.<br />
-Te portas como si no supieras quién -dijo-. Y lo has sabido todo el día.<br />
121<br />
www.bibliotecaespiritual.com