Viaje a Ixtlán - los mejores libros de espiritualidad para leer y ...
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-Todo lo que hace un hombre gira sobre su po<strong>de</strong>r personal -prosiguió don Juan-. Así pues, <strong>para</strong> quien<br />
no tiene, <strong>los</strong> hechos <strong>de</strong> un hombre po<strong>de</strong>roso son increíbles. Se necesita po<strong>de</strong>r hasta <strong>para</strong> concebir lo que es<br />
el po<strong>de</strong>r, Esto es lo que he estado tratando dé <strong>de</strong>cirte todo el tiempo. Pero sé que no entien<strong>de</strong>s, no porque<br />
no quieras sino porque tienes muy poco po<strong>de</strong>r personal.<br />
-¿Qué <strong>de</strong>bo hacer, don Juan?<br />
-Nada. Sigue como vas. El po<strong>de</strong>r hallará el modo.<br />
Se puso <strong>de</strong> pie y dio la vuelta en circulo completo, clavando la mirada en todo lo que había en torno. Su<br />
cuerpo se movía al mismo tiempo que sus ojos; el efecto total era el <strong>de</strong> un hierático juguete mecánico que<br />
giraba ejecutando un movimiento circular preciso e inmutable.<br />
Lo miré con la boca abierta. Él ocultó una sonrisa, consciente <strong>de</strong> mi sorpresa.<br />
-Hoy vas a cazar po<strong>de</strong>r en la oscuridad <strong>de</strong>l día -dijo y tomó asiento.<br />
-¿Cómo dijo?<br />
-Esta noche te aventurarás en aquel<strong>los</strong> cerros <strong>de</strong>sconocidos. En la oscuridad esos no son cerros.<br />
-¿Qué son?<br />
-Son otra cosa. Algo que no te imaginas, porque nunca has presenciado su existencia.<br />
-¿Qué quiere usted <strong>de</strong>cir, don Juan? Siempre me asusta usted con esas cosas fantasmagóricas.<br />
Se rió y pateó suavemente mi pantorrilla.<br />
-El mundo es un misterio -dijo-. Y no es <strong>para</strong> nada cómo te lo representas<br />
Pareció reflexionar un momento. Su cabeza empezó a subir y bajar rítmicamente; luego sonrió y añadió:<br />
-Bueno, también es como te lo representas, pero eso no es todo lo que hay en el mundo; hay<br />
mucho más. Has estado <strong>de</strong>scubriendo eso todo el tiempo, y a lo mejor esta noche aña<strong>de</strong>s un pedazo más.<br />
Su entonación me dio escalofríos.<br />
-¿Qué planea usted? -pregunté.<br />
-Yo no planeo nada. Todo lo <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> el mismo po<strong>de</strong>r que te permitió encontrar este sitio.<br />
Don Juan se puso en pie y señaló algo a la distancia. Supuse que <strong>de</strong>seaba que me levantase a mirar.<br />
Traté <strong>de</strong> incorporarme <strong>de</strong> un salto, pero antes <strong>de</strong> que pudiera en<strong>de</strong>rezarme por entero don Juan me<br />
empujó hacia abajo con terrible fuerza.<br />
-No te pedí seguirme -dijo con voz severa. Luego suavizó el tono y añadió: -Esta noche la vas a pasar un<br />
poco difícil, y necesitarás todo el po<strong>de</strong>r personal que puedas juntar. Quédate don<strong>de</strong> estás y guárdate <strong>para</strong><br />
más tar<strong>de</strong>.<br />
Explicó que no estaba señalando nada, sino sólo cerciorándose <strong>de</strong> que ciertas cosas estaban allí. Me<br />
aseguró que todo se hallaba en or<strong>de</strong>n y que yo <strong>de</strong>bía sentarme en silencio y ocuparme en algo, porque<br />
tenía mucho tiempo <strong>para</strong> escribir antes <strong>de</strong> que la oscuridad terminara <strong>de</strong> cubrir la tierra. Su sonrisa era<br />
contagiosa y muy confortante.<br />
-¿Pero qué vamos a hacer, don Juan?<br />
Meneó la cabeza <strong>de</strong> lado a lado en un gesto exagerado <strong>de</strong> incredulidad.<br />
-¡Escribe! -or<strong>de</strong>nó y me volvió la espalda.<br />
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No me quedaba nada más que hacer. Trabajé en mis notas hasta que oscureció <strong>de</strong>masiado.<br />
Don Juan conservó la misma posición todo el tiempo que estuve trabajando. Parecía absorto en contemplar<br />
la distancia hacia el oeste. Pero apenas me <strong>de</strong>tuve se volvió hacia mí y dijo en tono jocoso que las<br />
únicas maneras <strong>de</strong> callarme eran darme <strong>de</strong> comer, hacerme escribir o dormirme.<br />
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