Anais 2º Congresso Latino-Americano de Restauraçao de Metais

Hipótesis 1: Dorado con lámina o pan de oro.
El mercurio es usado como adhesivo para pegar la lámina de oro al substrato
de cobre. Se adaptaría al relieve con dificultades. Y nuestras piezas son muy
irregulares, con formas y decoraciones dificultosas.
Hipótesis 2: Dorado en frío tradicional.
El mercurio que aparece en este dorado sería de la purificación del oro debido
a las técnicas de amalgamación para quitarle impurezas.
Hipótesis 3 (más probable) Dorado al fuego (baja temperatura -ascuas-) con
amalgama de mercurio.
El mercurio presente sería debido a la amalgama realizada en un crisol con el
oro y que ha quedado después del ligero calentamiento.
Existen algunas razones que sustentan esta hipótesis, aunque sin descartar
totalmente las anteriores:
- La facilidad de aplicación en presencia de topografías irregulares. El dorado está
embutido en las decoraciones impresas del cobre.
- Sólo se dora una cara y por el anverso de deja en reserva pues por él se calienta la
pieza.
- Al ser a baja T. la sublimación del mercurio es escasa y se localizan en % altos.
Esta baja T es la responsable de porosidades generalizadas en la lámina de oro.
- No obstante alguna parte del mercurio podría ya estar ya en el oro durante el
refino, por lo cual se reforzaría la hipótesis 1.
La primera de la técnicas es ya citada y descrita por Plinio (Naturalis Historia ,
XXIII, 64-65, 100) para dorar el cobre y el bronce en Roma; en el dorado al fuego se
cuenta también con fuentes antiguas ya desde el siglo IV d.C. que describen con
detalle el proceso a seguir tanto para piezas de cobre como de plata. Este último, el
dorado al fuego, parece ser el método por excelencia durante la Edad Media (Oddy
1993:177), perfectamente conocido entre los metalúrgicos islámicos, desde los
momentos más antiguos, como lo ponen de relieve los textos de al-Hamdani (942
d.C), que describe con toda minuciosidad el proceso y la capacidad que tienen de
tomar este dorado los distintos metales, en especial la plata y el cobre (Allan 1979).
Su conocimiento en Al-Andalus debió ser desde ser muy temprano, como lo
confirma un dinar falso del período de conquista (711-755), dorado sobre un alma de
cobre casi puro, que muestra una capa de oro de 5 micrones aprox. (Paredes
1998:140-141). En la roseta perforada de Calatrava la Vieja restaurada por nosotros
la película de oro es similar, mientras que en el aplique oscila entre 1 -2 micrones.
Existe por tanto, una diferencia de espesor en la película de dorado que es preciso
investigar para saber a qué responde, si a un procedimiento tecnológico distinto de
aplicación de la capa de oro, o a una pérdida debida al uso o al proceso corrosivo
del enterramiento.
Un texto algo más tardío del historiador sevillano Ibn Jaldún (1332-1406)
recogido de sus Muqaddima (1977:976-977), da a conocer alguna de las técnicas
usadas por los alquimistas de la época para falsificar monedas como era el plateado
con mercurio mediante la aplicación de una amalgama sobre un alma de cobre y
después sublimada por el fuego. Era un proceso idéntico al realizado con el dorado,
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