Anais 2º Congresso Latino-Americano de Restauraçao de Metais

A methodology of work is proposed and the different steps are discussed, pointing out
the possibility of the use of chemicals in them, starting from the preventive
conservation, during the process of intervention, as well as during the final actions for
the anticorrosive protection.
Finally, some concrete examples of application are presented: elimination of
calcareous crusts; cleaning of the corrosion products; extraction of salts from
archaeological objects; artificial patination; organic polymeric coatings; and
consolidation-hydrophobization of the layers of corrosion products.
It was concluded that the question is not to throw into discard the use of chemicals in
the conservation/restoration treatments of the metal objects of art, and monuments,
nor to make no use of the protective action of some organic polymeric coatings, but to
know when and how this can be done properly, starting from the performance of a
good diagnosis scientifically based, continuing with the work in multidisciplinary
equipments, and with the fulfillment of all the established safety rules.
Palabras claves: metales, corrosión, restauración, químicos
Introducción
Los procedimientos de conservación y restauración no han sido ajenos al
desarrollo histórico-social de la Humanidad. Así, se ha ido observando una evolución
hacia una mayor participación y aprovechamiento de las Ciencias Técnicas y
Naturales en los mismos.
Mientras en los siglos XVII y XVIII la calidad de una intervención dependía en
lo fundamental de la experiencia de la persona encargada de la misma, ya en el siglo
XIX se comienzan a desarrollar metodologías específicas de restauración, que se
encaminaron en la segunda mitad del siglo XX y continuaron en el XXI, hacia un
estudio químico-físico y biológico de los materiales y de los agentes causantes del
deterioro.
Al abordar el estudio científico de un objeto con la finalidad de su conservación
o de su restauración, el especialista debe garantizar, ante todo, la preservación del
mismo, ya que su valor no va a estar dado solamente por el mensaje que porta, sino
también por la sustancia que lo constituye.
Es por esto que, como principio, cualquier técnica de restauración tiene que
aspirar a la reversibilidad del tratamiento aplicado. De ahí, que la selección de la
metodología y de los productos a emplear, debe estar fundamentada por el
conocimiento histórico-estético y por la información químico-estructural de la pieza o
monumento a tratar.
El comienzo del trabajo debe ser un análisis profundo de la documentación
existente, para proseguir con la investigación científica propiamente dicha, haciendo
uso de métodos instrumentales adecuados a los fines propuestos.
Cuando en el año 1888 se creó en Berlín el Laboratorio Químico de los
Museos Reales, fueron los representantes de los departamentos histórico-culturales
de los propios Museos, los que exigieron más enérgicamente la presencia de un
químico en los mismos, para poder enfrentar las afectaciones que la variación de las
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