13.07.2015 Views

Verdad y Método I

Verdad y Método I

Verdad y Método I

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

215Esto no quiere decir de todos modos que compartamos la actitudhermenéutica de la escuela histórica, cuyos planteamientos ya hemosrevisado más arriba. Ya entonces habíamos mencionado el predominio delesquema filológico en la auto-comprensión histórica, y la fundamentacióndiltheyana de las ciencias del espíritu nos había dado ocasión de mostrarhasta qué punto la verdadera intención de la escuela histórica de conocer lahistoria como realidad y no como mero desarrollo de nexos de ideas no pudoimponerse con fuerza suficiente. Por nuestra parte nosotros no estamos enabsoluto de acuerdo con Dilthey en que todo acontecer componga unaconstelación' de sentido tan acabada como la de un texto legible. Sillamamos a la historiografía una filología a gran escala, esto no quiere decirque aquélla deba ser entendida como historia del espíritu.Nuestras consideraciones llevan más bien una orientación contraria.Creemos haber llegado a alcanzar una comprensión más acabada de lo quees en realidad la lectura de un texto. Si no existirá nunca un lector ante elque se encuentre simplemente desplegado el gran libro de la historia delmundo, tampoco hay ni habrá nunca un lector que, con un texto ante susojos, lea simplemente lo que pone en él. En toda lectura tiene lugar unaaplicación, y el que lee un texto se encuentra también él dentro del mismoconforme al sentido que percibe. El mismo pertenece también al texto queentiende. Y siempre ocurrirá que la línea de sentido que se demuestra a lolargo de la lectura de un texto acabe abruptamente en una indeterminaciónabierta. El lector puede y debe reconocer que las generaciones veniderascomprenderán lo que él ha leído en este texto de una manera diferente. Y loque vale para cada lector vale también para el historiador, sólo que para élde lo que se trata es del conjunto de la tradición histórica que él estáobligado a mediar con el presente de su propia vida si es que quierecomprenderlo; con elfo lo mantiene simultáneamente abierto hacia el futuro.También nosotros reconocemos, pues, una unidad interna de filología ehistoriografía, pero esta unidad no estribaría ni en la universalidad delmétodo histórico ni en la sustitución objetiva-dora del intérprete por el lectororiginal, ni en la crítica histórica de la tradición como tal, sino que a lainversa la unidad consiste en que ambas disciplinas llevan a cabo una tareade aplicación que sólo difiere en cuanto a su patrón. Si el filólogocomprende un texto dado, o lo que es lo mismo, si se comprende a sí mismoen el texto, en el sentido mencionado, el historiador comprende también elgran texto de Ja historia del mundo que él más bien adivina, y del que cadatexto trasmitido no es sino un fragmento, una letra; y también él secomprende a sí mismo en este gran texto. Tanto el filólogo como elhistoriador retornan así del auto-olvido en el que los mantenía aherrojadosun pensamiento afijado a la conciencia metodológica de la ciencia modernacomo a un patrón único. Es la conciencia de la historia efectual la queconstituye el centro en el que uno y otro vienen a confluir como en suverdadero fundamento.El modelo de la hermenéutica jurídica se ha mostrado, pues, efectivamentefecundo. Cuando el juez se sabe legitimado para realizar lacomplementación del derecho dentro de la función judicial y frente alsentido original de un texto legal, lo que hace es lo que de todos modos tienelugar en cualquier forma de comprensión. La vieja unidad de las disciplinashermenéuticas recupera su derecho si se reconoce la conciencia de lahistoria efectual en toda tarea hermenéutica, tanto en la del filólogo comoen la del historiador.Ahora está finalmente claro el sentido de la aplicación que aparece en todaforma de comprensión. La aplicación no quiere decir aplicación ulterior deuna generalidad dada, comprendida primero en sí misma, a un casoconcreto; ella es más bien la primera verdadera comprensión de lageneralidad que cada texto dado viene a ser para nosotros. La comprensiónes una forma de efecto, y se sabe a sí misma como efectual.Notas:1. Las Institutiones hermemuticae sacras (1723) de Rambach sólo me sonconocidas por el resumen de Morus donde dice: «Solemus autemintelligendi explicandique subtilitatcm (soliditatem vulgo vowerk)»: AilgemeineAuslegungslehe, 1967.2. Cf. el tratado de E. Betti, Zur Grundlegung einer allgemeinen Auskgungslebre,ya citado y su monumental obra Teoría genérale dell'interpretalione,1956.3. Cf. las distinciones en M. Scheller, Wtssen und Bildung, 1921, 26.4. Eth. Nic. A 4.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!