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Verdad y Método I

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27ético. Incluso cuando, como en el pietismo o en la filosofía escocesa, esteconcepto se planteó como giro polémico contra la metafísica, siguió estandoen la línea de su función crítica original.En cambio la recepción kantiana de este concepto en la Crítica de lacapacidad de juicio tiene acentos muy distintos 52 . El sentido moralfundamental de este concepto ya no detenta en él ningún lugar sistemático.Es bien sabido que su filosofía moral está concebida precisamente comoalternativa a la doctrina inglesa del «sentimiento moral». De este modo elconcepto del sensus communis queda en él enteramente excluido de lafilosofía moral.Lo que surge con la incondicionalidad de un mandamiento moral no puedefundarse en un sentimiento, ni siquiera aunque uno no se refiera con ello a laindividualidad del sentimiento sino al carácter común de la sensibilidadética. Pues el carácter de los mandamientos que conciernen a la moralidadexcluye por completo la reflexión comparativa respecto a los demás. Laincondicionalidad del mandamiento moral no significa para la concienciamoral en ningún caso que tenga que ser rígida juzgando a los demás. Alcontrario, éticamente es obligado abstraer de las condiciones subjetivas delpropio juicio y ponerse en el punto de vista del otro. Sin embargo lo que sísignifica esta incondicionalidad es que la conciencia moral no puedeeximirse a sí misma de la apelación al juicio de los demás. La vinculatividaddel mandamiento es general en un sentido mucho más estricto del quepodría alcanzar la generalidad de un sentimiento. La aplicación de la leymoral a la determinación de la voluntad, es cosa de la capacidad de juicio.Pero puesto que aquí se trata de la capacidad de juicio bajo las leyes de larazón pura práctica, su tarea consiste en preservar del «empirismo de larazón práctica, que pone los conceptos prácticos del bien y del mal... sólo enseries de experiencias» 53 . Y esto es lo que produce la «típica» de la razónpura práctica.Secundariamente también Kant dedica alguna atención al modo como puededarse acceso a la ley estricta de la razón pura práctica al ánimo humano. Esel tema que trata en la Methodenlehre der reinen, praktischen Vernunft(Metodología de la razón pura práctica), que «intenta esbozar someramenteel método de la fundamentación y cultivo de los auténticos sentimientosmorales». Para esta tarea Kant se remite de hecho a la razón común de loshombres, y pretende ejercitar y formar la capacidad práctica de juicio, en laque sin duda operan también momentos estéticos 54 . Pero el que pueda haberuna cultura del sentimiento moral en este sentido no es cosa que conciernaen realidad a la filosofía moral, y desde luego no forma parte de losfundamentos de la misma. Kant exige que la determinación de nuestravoluntad se determine únicamente por los vectores que reposan sobre la autolegislación de la razón pura práctica. La base de esto no puede ser una meracomunidad del sentimiento, sino únicamente «una actuación práctica de larazón que, por oscura que sea, oriente sin embargo con seguridad»; iluminary consolidar ésta es justamente la tarea de la crítica de la razón práctica.El sentido común no desempeña en Kant tampoco el menor papel en elsentido lógico de la palabra. Lo que trata Kant en la doctrina trascendentalde la capacidad de juicio, la teoría del esquematismo y de los fundamentos55 , no tiene nada que ver con el sentido común. Pues se trata conceptos quedeben referirse a priori a sus objetos, no de una subsunción de lo individualbajo lo general. Por el contrario allí donde se trata realmente de la capacidadde reconocer lo individual como caso de lo general, y donde nosotroshablamos de sano entendimiento, es donde según Kant tendríamos que vercon algo «común» en el sentido más verdadero de la palabra: «Poseer lo quese encuentra en todas partes no es precisamente una ganancia o una ventaja»56 . Este sano entendimiento no tiene otro significado que ser una primeraetapa previa del entendimiento desarrollado e ilustrado. Se ocupaciertamente de una oscura distinción de la capacidad de juicio que llamamossentimiento, pero juzga de todos modos siempre según conceptos, «como engeneral sólo según principios representados confusamente» 57 , y no puede enningún caso ser considerado como un sentido común por sí mismo. El usológico general de la capacidad general de juicio que se reconduce al sentidocomún no contiene ningún principio propio 58 .De este modo, y de entre todo el campo de lo que podría llamarse unacapacidad de juicio sensible, para Kant sólo queda el juicio estético delgusto. Aquí sí que puede hablarse de un verdadero sentido comunitario. Ypor muy dudoso que sea si en el caso del gusto estético puede hablarse deconocimiento, y por seguro que sea el que en el juicio estético no se juzgapor conceptos, sigue en pie que en el gusto estético está pensada lanecesidad de la determinación general, aunque él sea sensible y noconceptual. Por lo tanto el verdadero sentido común es para Kant el gusto.

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