13.07.2015 Views

Verdad y Método I

Verdad y Método I

Verdad y Método I

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

320configuración individual de la expresión. De este modo se explicatambién la aplicación que ha encontrado este concepto comocategoría histórica. Pues esta especie de atadura se ofrece a la miradaretrospectiva del historiador como el gusto vigente en cada caso, demanera que la aplicación del concepto de estilo a la historia del arteno es sino una consecuencia natural de la conciencia histórica. Sinembargo, el sentido de norma estética que poseía originalmente elconcepto de estilo (vero stile), se pierde en beneficio de su funcióndescriptiva.Con esto no se afirma todavía nada sobre si el concepto de estilomerece realmente una validez tan exclusiva como la que en generalha detentado en la hisfvia del arte; tampoco sobre si se lo puedeaplicar también, más allá de la historia del arte, a otros fenómenoshistóricos como el de la actuación política.Por lo que concierne a la primera de estas dos cuestiones, el conceptohistórico de estilo parece indudablemente legítimo siempre que lavinculación a un concepto dominante constituya el único patrónestético. Vale por lo tanto, en primer lugar, para todos los fenómenosdecorativos, cuya determinación más propia es la de no ser para sísino estar en otra cosa y amoldar ésta a la unidad de un nexo vital. Lodecorativo es una especie de cualidad concomitante que perteneceevidentemente a algo que está determinado de otra manera, que tienealgún uso.En cambio, siempre queda abierta la cuestión de si es legítimo aplicarel punto de vista de la historia estilística a las llamadas obras de artelibres. Ya nos habíamos hecho conscientes de que también éstastienen su lugar original en un determinado nexo vital. El que quieracomprenderlas no puede querer obtener de ellas unos valoresvivenciales cualesquiera, sino que tiene que ganar la actitud correctahacia ellas, sobre todo la actitud históricamente correcta.En este sentido también aquí hay exigencias de estilo que no puedenlesionarse. Sin embargo, esto no significa que una obra de arte noposea otro significado-estilístico. En esto, Sedlmayr tiene toda larazón con su crítica a la historia estilística6. El interés clasificatorioal que satisface este género de historia no alcanza realmente a loartístico, lo que no impide que el concepto de estilo siga teniendo susignificado para la verdadera ciencia del arte. Pues también unanálisis estructural en ésta, tal como pide Sedlmayr, tiene quesatisfacer los requisitos histórico-estilísticos en lo que esta cienciaestimaría como una actitud correcta.En las formas de arte que requieren su reproducción (música, teatro,danza, etc.), esto es particularmente evidente. La reproducción tieneque ser estilísticamente correcta. Hay que saber qué es lo que pide elestilo de la época y el estilo personal de un maestro, aunque porsupuesto este saber no lo sea todo. Una reproducción «históricamentefiel» no llegaría a ser un trabajo de reproducción verdaderamenteartístico, esto es, no alcanzaría a representar la obra como obra dearte, sino que sería más bien —si es que tal cosa es posible— unproducto didáctico o un simple material para la investigaciónhistórica, como lo serán probablemente en el futuro las grabacionesdiscográficas dirigidas por el propio compositor. Al mismo tiempo,incluso la más viva renovación de una obra experimentará por partedel lado histórico-estilístico del asunto ciertas restricciones contra lascuales no le será dado volverse. De hecho el estilo pertenece a los«cimientos» del arte, a las condiciones que están en la cosa misma, ylo que emerge en su reproducción de este modo vale evidentementepara nuestro comportamiento receptivo respecto a cualquier obra dearte (después de todo la reproducción no es más que una determinadaforma de mediación al servicio de tal recepción). El concepto deestilo (análogamente al del gusto, con el que también estáemparentado, cf. el término «sentido estilístico») no es desde luegoun punto de vista suficiente para la experiencia del arte ni para suconocimiento científico —sólo lo sería en el ámbito de lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!