08.06.2017 Views

Richards Keith-Vida-Memorias

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Linda <strong>Keith</strong> fue la primera que me rompió el corazón. Fue culpa mía, me lo<br />

gané a pulso. La primera vez que la vi fue la más intensa, observándola desde el<br />

otro lado de la habitación, moviéndose y desplegando toda la artillería, y yo<br />

mirándola acojonado, sintiendo la fuerza de ese anhelo que se despierta en tu<br />

interior y pensando que estaba completamente fuera de mi alcance. A veces, al<br />

principio, me maravillaba que aquellas mujeres estuvieran conmigo, porque<br />

verdaderamente eran la creme de la creme y yo acababa de salir del arroyo... ¡No<br />

me podía creer que aquellas mujeres tan guapas tuvieran el menor interés en<br />

hablar conmigo, y mucho menos en enrollarse conmigo! Linda y yo nos conocimos<br />

en una fiesta que organizó Andrew Oldham, un acto para promocionar un disco<br />

olvidado del inefable dúo Jagger-<strong>Richards</strong>. Fue la fiesta donde Mick conoció a<br />

Marianne Faithfúll. Linda tenía diecisiete años y era preciosa, con el pelo muy<br />

oscuro y aquel estilo perfecto de los sesenta: una bomba, muy segura de sí misma<br />

enfundada en sus vaqueros y su camisa blanca. Ya salía en las portadas, trabajaba<br />

como modelo. David Bailey le hacía fotos... Aunque la verdad es que no le<br />

interesaba demasiado todo aquello: lo que quería era entretenerse, tener alguna<br />

excusa para salir de casa.<br />

Al principio, simplemente me parecía increíble que quisiera estar conmigo:<br />

una vez más, es la chica la que me marca a mí, fue ella la que me llevó a la cama,<br />

no yo; vino derecha a por mí y yo estaba total y absolutamente enamorado. Nos<br />

enamoramos. La otra sorpresa resultó ser que fui el primer amor de Linda, el<br />

primer tío que le gustó. Ya había habido mucha gente detrás de ella pero los había<br />

rechazado a todos. Todavía hoy sigo sin entenderlo. Linda era la mejor amiga de<br />

la por aquel entonces casi mujer de Andrew Oldham, Sheila Klein. Aquellas<br />

chicas judías bellísimas eran todo un poder cultural en los círculos bohemios de<br />

West Hampstead, que se convirtió en mi territorio y también el de Mick durante un<br />

par de años. El centro neurálgico estaba en Broadhurst Gardens, West Hampstead,<br />

cerca de los estudios de Decca y unas cuantas salas donde solíamos tocar. El<br />

padre de Linda era Alan <strong>Keith</strong>, que presentó durante cuarenta años un programa<br />

de radio de la BBC titulado Your Hundred Best Tunes. Linda se crió sin que la<br />

controlaran demasiado, le encantaba la música, el jazz y el blues, de hecho era un<br />

purista del blues que en realidad no veía con buenos ojos lo que estaban haciendo<br />

los Rolling Stones. Nunca lo aprobó y seguramente sigue sin aprobarlo. Desde<br />

muy joven, salía por un garito que se llamaba el Roaring Twenties [los locos años<br />

veinte], un club de negros; aquello era cuando andaba por Londres sin zapatos.<br />

Los Stones tocaban todas las noches, casi siempre estábamos de gira pero,<br />

durante un tiempo, de algún modo nos las ingeniamos para tener una historia.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!