08.06.2017 Views

Richards Keith-Vida-Memorias

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

una semana de esa mierda, necesitas un chute: la de veces que he pasado el mono<br />

para ir a meterme en cuanto ha pasado, por lo duro que es el mono en sí.<br />

Los poderes establecidos no podían someter a tortura a una mariposa pero<br />

lo intentaron una y otra vez en mi casa de Cheyne Walk a finales de los sesenta y<br />

principios de los setenta. Acabé acostumbrándome a que me lanzaran de un golpe<br />

contra la puerta de mi propia casa cuando volvía de algún club a las tres de la<br />

mañana: justo cuando estaba llegando a la verja, aparecían entre los arbustos unos<br />

tíos con porra. Vale, vale, aquí estamos otra vez, asumámoslo. «Contra la pared,<br />

<strong>Keith</strong>.» Esa familiaridad fingida me tocaba los cojones. Lo que querían era que te<br />

achantases, pero yo ya había pasado por eso unas cuantas veces: «¡Ay, pero si es<br />

la Patrulla Voladora!». Y ellos me salían con «desde luego no volamos tan alto<br />

como estás volando tú ahora» y todo ese rollo. Nunca tenían orden de registro,<br />

pero estaban jugando a su propio juego.<br />

«¡Esta vez sí que te tenemos, compañero, la madre que te parió! —las caras<br />

de júbilo al pensar que me habían pillado—. ¡Ay, pero a ver!, ¿qué tenemos aquí,<br />

<strong>Keith</strong>?» Y yo sabía que no llevaba nada encima. Pero se ponían en plan duro<br />

porque querían ver si podían hacer que una estrella del rock and roll se cagara de<br />

miedo. Pues os lo vais a tener que currar mucho más. A ver hasta dónde estáis<br />

dispuestos a llegar. Oficiales entrando y saliendo y mirando papeles, y que<br />

además no las tenían todas consigo sobre qué iba a pasar cuando la prensa se<br />

enterara de que me habían vuelto a detener y se preguntaban si el detective<br />

Superagente habría tomado la decisión correcta esa noche al dejarse llevar por su<br />

fervor en el cumplimiento de la sagrada misión de librar al mundo de<br />

otro guitarrista yonqui.<br />

Además era verdaderamente molesto levantarte todas las mañanas con<br />

aquellos moscardones azules, los bobbies, merodeando a la puerta de tu casa,<br />

despertarte dándote cuenta de que eres un criminal. Al final empiezas a pensar<br />

como tal. Hay una gran diferencia entre salir de la cama por la mañana diciendo<br />

«¡bonito día!» y asomar la nariz por las cortinas para ver si siguen ahí fuera los<br />

coches sin matrícula (o levantarte dando gracias de que no hayan llamado a la<br />

puerta en mitad de la noche). ¡Menuda manera de comerte el tarro! No estábamos<br />

destruyendo la virtud de la nación pero ellos estaban convencidos de que sí, así<br />

que al final nos arrastraron a la guerra.<br />

Fue Chrissie Gibbs el que puso a Mick en contacto con Rupert Loewenstein<br />

cuando se vio claramente que teníamos que cortar con Allen Klein y sus

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!