08.06.2017 Views

Richards Keith-Vida-Memorias

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Angel, ¡joder, nos lo recorríamos todo!<br />

—¿Te apetece una salchicha saveloy?<br />

—Sí, Gus.<br />

—Pues no te la vas a tomar, nos vamos al restaurante, al Lyons Corner<br />

House.<br />

—Bueno, Gus.<br />

—No se lo cuentes a tu abuela.<br />

—¡No, Gus, no le voy a decir nada! ¿Pero qué pasa con el perro?<br />

—Conoce al chef, ningún problema.<br />

Su calidez, su afecto, me envolvían; su sentido del humor hacía que me<br />

pasara la mitad del día partiéndome de risa, y no era fácil encontrar cosas de las<br />

que reírse en el Londres de aquellos años, ¡pero siempre quedaba la MÚSICA!<br />

—Espérame aquí un minuto, voy a comprar unas cuerdas.<br />

—Vale, Gus.Yo no hablaba mucho, más bien escuchaba. El con su gorra de<br />

visera y yo con mi chubasquero... Igual de ahí me viene esa fascinación por salir<br />

a caminar. «Si tienes siete hijas viviendo en una casa de Seven Sisters Road, y<br />

con la mujer ya son ocho, sales por ahí a que te dé el aire». Nunca bebía, que yo<br />

recuerde. Pero tenía que hacer algo. Nunca fuimos a pubs, pero solía desaparecer<br />

por la trastienda de los comercios con bastante frecuencia. Yo me quedaba<br />

contemplando el género de las estanterías con los ojos brillantes. Y al cabo de un<br />

rato siempre salía diciendo lo mismo:<br />

— ¡Nos vamos! ¿Tienes al perro?<br />

—Sí, Gus.<br />

— ¡Venga, señor Thompson!<br />

Nunca tenías ni idea de dónde ibas a acabar, a veces en tienditas pequeñas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!