08.06.2017 Views

Richards Keith-Vida-Memorias

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Capítulo 8<br />

Nos marchamos a Francia en la primavera de 1971 y alquilo Nellcote,<br />

una mansión en la Riviera. Mick se casa en Saint-Tropez. Montamos un<br />

estudio móvil en un camión para grabar Exile on Main St. y empezamos a<br />

hacer un horario de grabaciones nocturnas que resulta muy prolífico. Vamos a<br />

desayunar a Italia en una lancha fueraborda. Agarro el ritmo con la guitarra<br />

de cinco cuerdas. Aparece Gram Parsons y Mick se pone celoso. Me aíslo con<br />

las drogas y nos agarra la policía. Veo por última vez a Gram en Los Angeles,<br />

pasamos un tiempo juntos y me engancho seriamente con mierda de segunda.<br />

Huyo a Suiza con Anita para hacer una cura, afronto los horrores del mono y<br />

escribo «Angie» mientras me recupero.<br />

La primera vez que vi Nellcôte pensé que seguramente iba a poder aguantar<br />

el exilio: era una casa increíble, justo al lado de Cap Ferrat, con vistas a la bahía<br />

de Villefranche. La había construido alrededor de 1890 un banquero inglés y tenía<br />

un gran jardín, un tanto asilvestrado, tras sus imponentes verjas de hierro de la<br />

entrada. Las proporciones eran magníficas: si te sentías un poco hecho polvo por<br />

la mañana al levantarte, te ibas a dar una vuelta por aquel castillo resplandeciente<br />

y se te pasaba. Era como una gran sala de los espejos, con techos de seis metros,<br />

columnas de mármol y escalinatas imponentes. Me despertaba pensando «¿y ésta<br />

es mi casa?» o «¡ya era hora de que se hicieran bien las cosas!». Aquella<br />

grandiosidad era lo que sentíamos que nos merecíamos después de la mísera<br />

mezquindad del Reino Unido. Y, como nos habíamos decidido a vivir en el<br />

extranjero, ¿tan difícil iba a ser quedarse sentado esperando un rato en Nellcôte?<br />

Llevábamos ni se sabía el tiempo en la carretera y ¡Nellcôte era mil veces mejor<br />

que el Holiday Inn! Creo que todo el mundo sentía una especie de liberación<br />

después de lo que había estado pasando en Inglaterra.<br />

Nunca fue nuestra intención grabar en Nellcôte, íbamos a buscar estudios en<br />

Niza o en Cannes, aunque la logística resultaría bastante com- plicada... Charlie<br />

Watts se había buscado una casa a kilómetros de distancia, en Vaucluse: eran<br />

varias horas de viaje. Bill Wyman estaba en las montañas, cerca de Grasse, y<br />

pronto estaría pasando el rato con Marc Chagall, nada menos: la pareja más<br />

improbable que se me ocurre, Bill Wyman y Marc Chagall, pero eran vecinos, lo<br />

típico: pásate a tomar una taza de té (ese brebaje inmundo que Bill llama té).<br />

Mick estuvo viviendo primero en el Hotel Byblos de Saint-Tropez mientras<br />

llegaba el día de su boda, y luego alquiló una casa que pertenecía al tío del rey

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!