08.06.2017 Views

Richards Keith-Vida-Memorias

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

llenarán el espacio y no sonarán como un susurro allá al fondo. A veces ocurre<br />

que algo que sonaba de maravilla el día anterior en una pequeña sala de ensayos<br />

lo llevas al inmenso escenario y suena como tres ratoncillos pillados por la cola<br />

en una ratonera. Durante la gira Bigger Bang teníamos a Dave Natale, el mejor<br />

especialista en sonido directo con el que he trabajado jamás. Pero incluso si<br />

cuentas con alguien con su nivel de conocimientos, en un estadio nunca puedes<br />

probar de verdad el sonido hasta que no se llena de gente, así que nunca sabes<br />

cómo va a sonar la primera noche. Además, cuando Mick se aleja de la banda<br />

para dar sus paseítos por las rampas, ya no te puedes fiar de que lo que él esté<br />

oyendo allí sea lo mismo que estamos oyendo nosotros. Puede ser cuestión de una<br />

fracción de segundo, pero se pierde el ritmo. «Y ahora va a cantar la canción al<br />

estilo japonés a menos que echemos el freno un segundo.» Eso es un verdadero<br />

arte. Hace falta tener a unos tíos que se entiendan muy bien en el escenario para<br />

enderezar toda la cuestión rítmica y lograr que Mick acabe donde debe acabar. La<br />

banda se desacopla y acopla de nuevo un par de veces a fin de conseguirlo, y el<br />

público ni se entera. Yo espero a que Charlie mire a Mick para ajustar el ritmo<br />

siguiendo su lenguaje corporal, no por el sonido, porque hay eco y de eso no<br />

te puedes fiar. Charlie aguanta con un ligero redoble mientras observa cuándo va<br />

a entrar Mick y... ¡bang!, yo me engancho.<br />

Sientes una necesidad imperiosa de correr por las rampas, y eso no le hace<br />

ningún favor a la música, porque realmente es imposible tocar muy bien mientras<br />

corres. Y encima luego tienes que volver, y te preguntas: «¿Por qué hago esto?».<br />

Pero con el tiempo hemos aprendido que, al margen de lo grande que sea el<br />

estadio, si logras que toda la banda se concentre en torno a un punto, puedes<br />

simular que estás tocando en un espacio pequeño. Ahora, con las pantallas<br />

gigantes, el público puede ver a cuatro o cinco tíos tocando verdaderamente<br />

juntos, y es una imagen mucho más poderosa que vernos dispersos correteando<br />

por ahí. Cuantos más conciertos hacemos, más me convenzo de que es la pantalla<br />

lo que mira la gente. Yo soy un palillo, mido poco más de metro ochenta y ya no<br />

voy a crecer me ponga como me ponga.<br />

Cuando estás en la carretera haciendo esas giras maratonianas acabas<br />

convertido en una máquina, toda tu rutina diaria está orientada al concierto. Desde<br />

el momento en que te levantas te estás preparando para la actuación; te tiras todo<br />

el día pensando en ello, incluso cuando crees que sabes lo que vas a hacer.<br />

Cuando acaba te puedes tomar unas cuantas horas libres si quieres, si no estás<br />

muy destrozado. Cuando empiezo una gira tardo como dos o tres conciertos en<br />

encontrar mi sitio, en hallar el ritmo, y luego ya podría seguir para siempre. Mick

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!