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Richards Keith-Vida-Memorias

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astante abrupta cuando se presentó el titular. Fue sólo esa vez: tórrido, mucho<br />

sudor. Estábamos allí echados, envueltos en lo que Mick llama el resplandor de<br />

después en «Let Me Down Slow», yo tenía la cabeza entre esas dos peras<br />

maravillosas, y en esto que oímos el coche: levántate de un salto, carreras por la<br />

habitación buscando la ropa... Tuve que salir por la ventana: agarré los zapatos,<br />

salté por la ven-tana y me largué por el jardín, pero entonces me di cuenta de que<br />

me había dejado los calcetines. Bueno, Mick no es de los que se pone a buscar<br />

calcetines. Marianne y yo todavía bromeamos con eso, me manda mensajes: «Sigo<br />

sin encontrar tus calcetines».<br />

Anita es de las que juegan arriesgando, y todos los jugadores la cagan en<br />

una apuesta de vez en cuando. Por aquel entonces, el concepto de statu quo estaba<br />

terminantemente prohibido para ella, todo tenía que cambiar. Y además no<br />

estábamos casados, éramos libres, lo que sea. Eres libre siempre y cuando me<br />

mantengas informado. En cualquier caso no se lo pasó demasiado bien con el<br />

pequeño picha floja: me consta que tienes unos cojones como una piano, pero con<br />

eso no basta para estar a la altura, ¿verdad que no? No me sorprendió, en realidad<br />

me lo esperaba, por eso estaba aquel día en casa de Robert Fraser escribiendo I<br />

feel the storm is threatening my very life today.1 Fraser nos había alquilado su<br />

piso mientras Anita hacía Performance, pero al final acabó por no marcharse él,<br />

así que cuando Anita se iba a trabajar yo me quedaba en casa con Strawberry Bob<br />

y Mohamed, que seguramente fueron los dos primeros en oír la canción: War,<br />

children, it’s just a shot away, it’s just a shot away!1<br />

Era un horrible día de tormenta: estaba en Mount Street con un diluvio<br />

cayendo sobre Londres, así que entré en esa onda mientras por la ventana del piso<br />

de Robert miraba a la gente pasar con los paraguas del revés y corriendo en busca<br />

de refugio hasta que escampara. Se me ocurrió la idea. A veces tienes suerte.<br />

Hacía un día de mierda. No tenía nada mejor que hacer. Evidentemente, todo<br />

parece mucho más metafórico si se pone en el contexto de lo que estaba pasando y<br />

demás, pero en ese momento no me decía: «¡Dios, tengo a la parienta rodando una<br />

película metida en una bañera con Mick Jagger!». Más bien pensaba en las<br />

tormentas que caen sobre las cabezas de otros, no sobre la mía. Y surgió así en<br />

aquel momento. No me di cuenta hasta después: esto va a tener más significado<br />

del que pensaba: Threatening my very life today. Suena amenazador, lo<br />

reconozco. Da miedo. Y los acordes están inspirados en Jimmy Reed, el mismo<br />

truco inquietante: deslizas los dedos por los trastes mientras suena el zumbido del<br />

Mi por detrás y vas subiendo hacia La mayor, Si mayor... y dices «¡eh!, ¿dónde<br />

vamos a acabar?». En Do sostenido menor. De acuerdo. Un acorde muy raro a la

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