Musica Para Camaleones
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MÚSICA PARA CAMALEONES // SER VIAJERO NO VIAJANTE<br />
EL ESCENARIO ERA INMEJORABLE para un<br />
encuentro fortuito. La casualidad iba a hacer<br />
que lo que podía ser una conversación pedestre<br />
se convirtiera en uno de los debates más<br />
interesantes que archivamos en nuestra memoria.<br />
Seguro que Sheldon Cooper no esperaba<br />
cruzarse a Antonio Ortega durante su visita a<br />
las casas colgantes de Cuenca. Algo les había<br />
atraído hasta ese lugar, seguramente el “Cuenca<br />
es única” que rezaba la televisión a diario, o tal<br />
vez los folletines que se apelotonaban en masa<br />
bajo sus puertas o, tampoco los subestimemos,<br />
los mensajes reiterativos en su muro desde la<br />
cuenta “CuencaCuenca234”. En cualquier caso,<br />
allí estaban, a punto de chocar sus cabezas en<br />
uno de esos despistes tan absurdos que comparten<br />
los seres humanos que se describen como<br />
“curiosos y, por ello, despistados :P”. Sheldon<br />
miraba hacia abajo, Ortega miraba para arriba, y<br />
la inercia aliada con la fuerza de la gravedad hicieron<br />
el resto. No, el choque de cabezas no sonó<br />
a hueco, más bien al contrario, fue un golpe seco,<br />
duro y con efecto rebote. El primer encuentro<br />
entre el científico y el artista se produjo tal que<br />
así. Y ese golpe fue suficiente para establecer la<br />
primera semilla de su debate...<br />
- Ortega: Jajaja...increíble, qué cocotazo! me<br />
ha recordado a la obra esa del artista Francis<br />
Alÿs, donde un intelectual se tropieza con la<br />
cola de un perro..<br />
- Sheldon: ¿Pero qué haces? Necesito una ambulancia,<br />
esto es un atentado contra el patrimonio<br />
inmaterial de la humanidad, es decir, mi<br />
cerebro…Seguro que aquí no me pueden hacer<br />
ni un maldito TAC…<br />
- Ortega: Ay perdone, estaba despistado mirando<br />
la caída de las casa a ver cuando se desploman,<br />
yo no le doy más de media hora, están<br />
a puntito...joder, creo que de aquí saldrá un<br />
chichón de los que hacen historia...<br />
- Sheldon: Espero que tenga usted un buen<br />
seguro, como esto afecte a mi desarrollo intelectual<br />
muchas generaciones van a verse perjudicadas…me<br />
queda mucho por investigar…<br />
- Ortega: Pues mucho dinero no tengo pero<br />
tengo un proyecto en mente que igual me saca<br />
de pobre…¿es usted científico?<br />
- Sheldon: Horror, ¿Es usted artista?<br />
Mirándose, al unísono y con la lágrima en el ojo<br />
que delataba la potencia del golpe, contestaron<br />
con entusiasmo gratuito:<br />
- Ortega y Sheldon: SÍ!<br />
Sheldon Cooper no es un tipo al que le interese<br />
demasiado el arte contemporáneo, más bien es<br />
uno de esos científicos lo suficientemente rígido<br />
en sus convicciones como para intentar alejarse<br />
lo suficiente de un escenario que considera falto<br />
de anclajes teóricos y excesivamente relativista<br />
en sus planteamientos. “Artistas contemporáneos,<br />
esos posmodernos” solía decirse cuando<br />
se sorprendía a sí mismo paseando por delante<br />
del algún Guggenheim.<br />
- Sheldon: Así que artista...<br />
- Ortega: Noto cierta desconfianza en esas palabras...<br />
- Sheldon: Bueno, soy científico, como comprenderás<br />
el arte contemporáneo me parece<br />
algo demasiado etéreo e irrelevante.<br />
- Ortega: Qué curioso, yo creo que artistas y<br />
científicos tenemos mucho que aprender los<br />
unos de los otros. De hecho, creo que los artistas<br />
también investigamos, ambos somos investigadores,<br />
¡chócala colega!<br />
- Sheldon: ¿Investigar? ¿El arte es investigación?<br />
¿A qué le llamas tú investigador? Lanzar<br />
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