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MARX El Capital - Tomo I

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Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 3, <strong>El</strong> dinero, o la circulación de mercancías<br />

[49] Que cada clase singular de mercancías constituye, debido a su precio, un elemento en la suma de los<br />

precios de todas las mercancías en circulación, se comprende de suyo. Pero lo que es completamente<br />

incomprensible es cómo valores de uso inconmensurables entre sí habrían de intercambiarse en masse por<br />

la masa de oro o de plata existente en un país. Si se redujera el mundo de las mercancías a una única<br />

mercancía global, de la cual cada mercancía no sería más que una parte alícuota, obtendríamos el<br />

hermoso ejemplo matemático siguiente: mercancía global = x quintales de oro. Mercancía A = parte<br />

alícuota de la mercancía total = la misma parte alícuota de x quintales de oro. Montesquieu lo expone<br />

candorosamente: "Si se compara la masa de oro y plata que hay en el mundo con la masa de mercancías<br />

existentes en él, es indudable que se podrá comparar cada artículo o mercancía, en particular, con cierta<br />

porción [...] de la otra. Supongamos que en el mundo sólo exista una mercancía, o que sólo haya una que<br />

se compre, y que la misma sea tan divisible como el dinero: tal parte de esa mercancía corresponderá a<br />

cual parte de la masa del dinero, la mitad del total de la una a la mitad del total de la otra, etc.... La<br />

fijación del precio de las cosas depende siempre, en lo fundamental, de la proporción que existe entre el<br />

total de las cosas y el total de los signos". (Montesquieu, "Esprit des lois", t. III, pp. 12, 13). Acerca del<br />

desarrollo ulterior de esta teoría por Ricardo, sus discípulos James Mill, lord Overstone y otros, véase<br />

"Zur Kritik"..., pp. 140-146, y p. 150 y ss. <strong>El</strong> señor John Stuart Mill, con la lógica ecléctica que le es<br />

usual, se las ingenia para defender la tesis de su padre, James Mill, y al mismo tiempo la contraria.<br />

Cuando se confronta el texto de su compendio, "Principles of Political Economy", con el prólogo<br />

(primera edición), en el cual se anuncia a sí mismo como el Adam Smith de la época actual, no se sabe<br />

qué admirar más, si la ingenuidad de ese hombre o la de su público, que co toda buena fe lo toma por un<br />

Adam Smith, con el cual guarda, aproximadamente, la misma relación que el general Williams Kars of<br />

Kars con el duque de Wellington [[[67]]]. Las investigaciones originales --ni amplias ni sustanciosas--<br />

emprendidas por el señor John Stuart Mill en los dominios de la economía política, marchaban ya todas<br />

en formación en su obrita de 1844, "Some Urlsettled Questions of Political Economy". Locke enuncia<br />

categóricamente la relación entre la carencia de valor del oro y la plata y la determinación de su valor por<br />

la cantidad. "Habiendo llegado la humanidad al acuerdo de conferir un valor imaginario al oro y la plata...<br />

el valor intrínseco que se atribuye a esos metales no es más que su cantidad". ("Some Considerations"... ,<br />

p. 15).<br />

50 [67] La defensa que durante la guerra de Crimea hicieron de la ciudad de Kars (al noreste de Turquía)<br />

fuerzas otomanas al mando del general William Fenwick Williams, le valieron al militar inglés el título<br />

de baronet de Kars. En sus artículos para el diario norteamericano "The New-York Daily Tribune" sobre<br />

la guerra de Crimea, Engels y Marx no habían manifestado mayor entusiasmo por las cualidades de<br />

Williams.-- 152.<br />

[51] Queda completamente fuera de mi objetivo, naturalmente, el entrar en detalles como el monedaje y<br />

otros por el estilo. No obstante, opongamos al sicofante romántico Adam Müller, que se hace lenguas de<br />

"la grandiosa liberalidad" con que el "gobierno inglés acuña gratuitamente la moneda" [[[68]]], el<br />

siguiente juicio de sir Dudley North: "La plata y el oro, al igual que otras mercancías, tienen sus alzas y<br />

bajas. Cuando llegan remesas de España... se las lleva a la Torre y con ellas se acuña moneda. No pasa<br />

mucho tiempo sin que surja una demanda de metal en lingotes, para la exportación. Si no se dispone del<br />

mismo, ya que todo el metal está amonedado, ¿qué ocurre entonces? Se funden las monedas; no hay<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/3.htm (38 of 49) [28/08/2002 17:34:05]

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