19.06.2019 Views

MARX El Capital - Tomo I

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 13, Maquinaria y gran industria<br />

en esa dirección era imposible, puesto que toda nueva disminución del tiempo de trabajo equivaldría a<br />

reducir la producción. La aparente justeza de ese razonamiento encuentra una inmejorable comprobación<br />

en las siguientes manifestaciones que efectuara por esa misma época el infatigable censor de aquéllos, el<br />

inspector fabril Leonard Horner:<br />

"Como, en lo fundamental, la velocidad de la maquinaria regula la cantidad producida, el interés de los<br />

fabricantes consiste necesariamente en que aquélla funcione con el más alto grado de velocidad<br />

compatible con las condiciones siguientes: preservar la maquinaria de un desgaste excesivamente rápido,<br />

mantener la calidad del artículo fabricado y que el obrero siga el movimiento sin un esfuerzo mayor que<br />

el que puede efectuar de manera continua [...]. Suele ocurrir que el fabricante, en su prisa, acelere<br />

excesivamente el movimiento. Las roturas y el trabajo mal hecho contrapesan entonces, en exceso, la<br />

velocidad, y el empresario se ve obligado a moderar la marcha de la maquinaria. Como un fabricante<br />

activo e inteligente encuentra por fin el máximo alcanzable, concluyo que es imposible producir en 11<br />

horas tanto como [505] en 12. Supongo, además, que el obrero pagado a destajo despliega el esfuerzo<br />

máximo, en tanto puede mantener continuamente la misma intensidad del trabajo" [95]. Horner, pues,<br />

pese a los experimentos de Gardner y otros, llega a la conclusión de que una nueva reducción de la<br />

jornada laboral, por debajo de las 12 horas, reduciría necesariamente la cantidad del producto 96 . Él<br />

mismo cita 10 años más tarde sus reparos de 1845, como prueba de lo mal que comprendía entonces la<br />

elasticidad de la maquinaria y de la fuerza de trabajo humana, llevadas ambas al grado máximo de tensión<br />

por los límites impuestos coercitivamente a la jornada laboral.<br />

Pasemos ahora al período que se inicia en 1847, a partir de la implantación de la ley de las diez horas en<br />

las fábricas inglesas dedicadas a elaborar algodón, lana, seda y lino.<br />

"La velocidad de los husos ha aumentado en los throstles en 500 y en las mules en 1.000 revoluciones por<br />

minuto, o sea que la velocidad del huso de un throstle, que en 1839 era de 4.500 revoluciones por minuto,<br />

asciende ahora" (1862) "a 5.000, y la del huso de mule, antes de 5.000, alcanza ahora a 6.000 por minuto,<br />

lo que en el primer caso equivale a 1/10 [v] y en el segundo a 1/5 de velocidad adicional" [97]. James<br />

Nasmyth, el afamado ingeniero civil de Patricroft, cerca de Manchester, expuso en 1852, en una carta a<br />

Leonard Horner, los perfeccionamientos introducidos en 1848 a 1852 en la máquina de vapor. Tras<br />

observar que los caballos de fuerza de las máquinas de vapor, estimados siempre en las estadísticas<br />

fabriles según el rendimiento de esas máquinas en 1828 [98] w , [506] sólo son nominales y no pueden<br />

servir más que como índice de su fuerza real, dice Nasmyth, entre otras cosas: "No cabe duda alguna de<br />

que maquinaria de vapor del mismo peso y a menudo máquinas absolutamente iguales, a las que tan sólo<br />

se les han adaptado los perfeccionamientos modernos, ejecutan término medio un 50 % más de trabajo<br />

que antes; y en muchos casos, las mismas e idénticas máquinas de vapor que en los tiempos de la limitada<br />

velocidad de 220 pies [x] por minuto desarrollaban 50 caballos de fuerza, hoy, con menor consumo de<br />

carbón, desarrollan más de 100... La moderna máquina de vapor, con la misma cantidad de caballos de<br />

fuerza nominales, funciona con mayor potencia que antes debido a los perfeccionamientos introducidos<br />

en su construcción, al menor volumen y a la mejor disposición de las calderas, etc... Por eso, aunque<br />

proporcionalmente a los caballos de fuerza nominales se emplea el mismo número de operarios que antes,<br />

se utilizan menos brazos en proporción a la maquinaria de trabajo" [99]. En 1850 las fábricas del Reino<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/13.htm (25 of 127) [30/08/2002 16:55:15]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!