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MARX El Capital - Tomo I

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Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 23, La ley general de la acumulación capitalista<br />

había transformado en siervo de su parroquia. <strong>El</strong>ijamos un condado que representa la proporción media<br />

de todos los demás. En 1795 el salario semanal medio ascendía en Northamptonshire a 7 chelines y 6<br />

peniques; el gasto total anual de una familia de 6 personas era de [sterling] 36, 12 chelines y 5 peniques,<br />

su ingreso total de [sterling] 29 y 18 chelines y el déficit cubierto por la parroquia equivalía a [sterling]<br />

6,14 chelines y 5 peniques. En el mismo condado el salario semanal importaba en 1814 12 chelines y 2<br />

peniques, el gasto total anual de una familia de 5 personas se elevaba a [sterling] 54, 18 chelines y 4<br />

peniques, su ingreso total a [sterling] 36 y 2 chelines y el déficit cubierto por la parroquia a [sterling] 18,6<br />

chelines y 4 peniques [97]; en 1795 el déficit era de menos de la cuarta parte del salario, en 1814 de más<br />

de la mitad. Se comprende de suyo que en 1814 se hubieran esfumado las escasas comodidades que Eden<br />

había encontrado aún en la cottage del obrero agrícola [98]. De todos los animales que tiene el<br />

arrendatario, el obrero el instrumentum vocale [instrumento dotado de voz] [99] es a partir de entonces el<br />

más [844] atormentado, el peor alimentado y el que recibe el trato más brutal.<br />

<strong>El</strong> mismo estado de cosas se prolongó tranquilamente hasta que "en 1830 las revueltas de Swing [100]<br />

nos revelaron" (esto es, revelaron a las clases dominantes), "a la luz de las parvas incendiadas, que la<br />

miseria y el sombrío descontento motinero ardían bajo la superficie de la Inglaterra agrícola tan<br />

incontrolablemente como bajo la de la Inglaterra industrial" [101]. En la Cámara de los Comunes, Sadler<br />

dio la denominación de "esclavos blancos" ("white slaves") a los obreros rurales, y un obispo sirvió de<br />

eco para el epíteto en la Cámara de los Lores. <strong>El</strong> economista más relevante de ese período, Edward<br />

Gibbon Wakefield, dice: "<strong>El</strong> obrero agrícola de Inglaterra meridional no es un esclavo, no es un hombre<br />

libre: es un indigente" [102].<br />

La época inmediatamente anterior a la abolición de las leyes cerealeras arrojó nueva luz sobre la situación<br />

de los obreros rurales. Por una parte, a los agitadores burgueses les interesaba demostrar cuán poco<br />

protegían esas leyes proteccionistas a los verdaderos productores del cereal. Por otro lado, la burguesía<br />

industrial echaba espumarajos de rabia ante las denuncias que de la situación fabril hacían los aristócratas<br />

rurales, ante la simpatía que esos holgazanes archicorrompidos, refinados y sin entrañas afectaban por los<br />

padecimientos del obrero de las fábricas, ante el "celo diplomático" con que quebraban lanzas por la ley<br />

fabril. Un viejo refrán inglés dice que cuando dos ladrones se agarran de los pelos, siempre ocurre algo<br />

bueno. Y, en efecto, la estrepitosa y apasionada reyerta entre las dos fracciones de la clase dominante en<br />

torno a la cuestión de cuál de las dos explotaba más desvergonzadamente al obrero, fue de un lado y de<br />

otro la partera de la verdad. <strong>El</strong> conde de Shaftesbury, alias lord Ashley, era el paladín de la campaña<br />

filantrópica de los aristócratas contra las fábricas. De ahí que se convirtiera, en 1844 y 1845, en uno de<br />

los temas favoritos de las revelaciones que hacía el "Morning Chronicle" sobre las condiciones de vida de<br />

los obreros agrícolas. Este periódico, a la sazón el órgano liberal más importante, mandó a los distritos<br />

rurales enviados especiales que no se contentaban, ni mucho menos, [845] con las descripciones generales<br />

y los datos estadísticos: publicaban los nombres tanto de las familias obreras encuestadas como de sus<br />

terratenientes. La lista que sigue registra los salarios pagados en tres aldeas cerca de Blanford,<br />

Wimbourne y Poole. Las aldeas son propiedad del señor George Bankes y del conde de Shaftesbury. Se<br />

observará que este papa de la "Low Church" [103], este corifeo de los pietistas ingleses, vuelve a meter<br />

en sus bolsillos, en concepto de alquiler, una parte considerable de los raquíticos salarios de los obreros,<br />

al igual que el p. p. Bankes pppppp .<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/23.htm (38 of 114) [30/08/2002 16:58:48]

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