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MARX El Capital - Tomo I

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Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 22, Transformación del plusvalor en capital<br />

servicios personales, para la economía burguesa era decisivamente importante poner de relieve que el<br />

evangelio de la nueva sociedad, o sea la acumulación del capital, predicaba como conditio sine qua la<br />

inversión de plusvalor en la adquisición de obreros productivos [d]. Hubo que polemizar, por otra parte,<br />

contra el prejuicio popular, que confunde la producción capitalista con el atesoramiento [11] 12 y que por<br />

tanto se imagina absurdamente que la riqueza acumulada es riqueza sustraída a la destrucción, y por tanto<br />

al consumo, bajo su forma natural existente, o también salvada de la circulación. Rescatar el dinero [727]<br />

de la circulación sería precisamente lo contrario de valorizarlo como capital, y acumular mercancías para<br />

atesorarlas, pura necedad [e]. La acumulación de mercancías en grandes cantidades es el resultado de que<br />

la circulación se ha estancado o de la sobreproducción [13]. Ciertamente, en la idea popular subyace, por<br />

una parte, la imagen de los bienes acopiados en el fondo de consumo de los ricos, bienes que se<br />

consumen lentamente, y por otra parte el almacenamiento, un fenómeno que se da en todos los modos de<br />

producción y en el que nos detendremos un momento cuando analicemos el proceso de circulación.<br />

La economía clásica acierta, pues, cuando pone de relieve, como rasgo característico del proceso de<br />

acumulación, el consumo del plusproducto por trabajadores productivos en vez de por improductivos.<br />

Pero aquí comienza también a errar. Adam Smith ha convertido en una moda el presentar la acumulación<br />

meramente como consumo del plusproducto por trabajadores productivos, o la capitalización del<br />

plusvalor como la mera conversión del mismo en fuerza de trabajo. Oigamos, por ejemplo, a Ricardo:<br />

"Hemos de comprender que todos los productos de un país se consumen, pero existe la mayor diferencia<br />

imaginable entre que los consuman quienes reproducen otro valor o que lo hagan aquellos que no lo<br />

reproducen. Cuando decimos que el rédito se ahorra y se agrega al capital, lo que queremos significar es<br />

que la parte del rédito de la que se dice que se agrega al capital, es consumida por trabajadores<br />

productivos y no por improductivos. No puede haber error mayor que suponer que el capital se acrecienta<br />

por el no consumo" [14]. No puede haber error mayor que el que repiten siguiendo a Adam Smith<br />

Ricardo y todos los economistas posteriores, cuando afirman que "la parte del rédito de la que se dice que<br />

se agrega al capital, es consumida por trabajadores productivos". Según esta representación, todo el [728]<br />

plusvalor que se transforma en capital se convertiría en capital variable. Por el contrario se distribuye al<br />

igual que el valor adelantado originariamente en capital constante y capital variable, en medios de<br />

producción y fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es la forma bajo la cual el capital variable existe<br />

dentro del proceso de producción. En este proceso ella misma es consumida por el capitalista. Por medio<br />

de su función el trabajo ella consume medios de producción. A la vez, el dinero pagado en la adquisición<br />

de la fuerza de trabajo se transforma en medios de subsistencia que no son consumidos por el "trabajo<br />

productivo" sino por el "trabajador productivo". A través de un análisis cabalmente equivocado, Adam<br />

Smith llega al resultado absurdo de que aun cuando cada capital individual se divida en un componente<br />

constante y otro variable, el capital social se resuelve únicamente en capital variable, o sea se gasta<br />

exclusivamente en el pago de salarios. Supongamos, por ejemplo, que un fabricante de paños transforma<br />

[sterling] 2.000 en capital. Invierte una parte del dinero en la adquisición de tejedores, la otra en hilado de<br />

lana, maquinaria para elaborar ese textil, etc. Pero, a su vez, la gente a la que él compra el hilado y la<br />

maquinaria, con una parte de esa suma paga el trabajo, etcétera, hasta que las [sterling] 2.000 en su<br />

totalidad se hayan gastado en el pago de salarios, o sea hasta que todo el producto representado por las<br />

[sterling] 2.000 haya sido consumido por trabajadores productivos. Como vemos, todo el peso de este<br />

argumento radica en la palabra "etcétera", que nos envía de la Ceca a la Meca. En realidad, Adam Smith<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/22.htm (5 of 36) [30/08/2002 16:58:03]

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