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MARX El Capital - Tomo I

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Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 13, Maquinaria y gran industria<br />

perceptible. En la rueca, por ejemplo, el pie sólo actúa como fuerza motriz, mientras que la mano, que<br />

trabaja en el huso y tira y tuerce, ejecuta la verdadera operación de hilar. La revolución industrial primero<br />

se apodera, precisamente, de esta parte del instrumento artesanal, y por el momento deja aún al hombre,<br />

aparte del nuevo trabajo de vigilar la máquina con la vista y corregir sus errores con la mano, el papel<br />

puramente mecánico de la fuerza motriz. Por el contrario, justamente aquellas herramientas sobre las que<br />

el hombre opera desde un primer momento tan sólo en cuanto simple fuerza motriz como por ejemplo al<br />

hacer girar la manivela de un molino [9] 10 , al bombear, al abrir y [456] cerrar los brazos de un fuelle, al<br />

machacar en un mortero, etcétera son las que primero dan motivo a la aplicación de animales, agua,<br />

viento [11], en calidad de fuerza motriz. Esas herramientas llegan a convertirse en máquinas, en parte<br />

durante el período manufacturero y esporádicamente ya mucho antes del mismo, pero no revolucionan el<br />

modo de producción. Que ya son máquinas, aun en su forma artesanal, es un hecho que se pone de<br />

manifiesto en el período de la gran industria. Las bombas, por ejemplo, con que los holandeses desecaron<br />

el lago de Harlem, en 1836-1837, estaban construidas conforme al principio de las bombas simples, sólo<br />

que no movían los émbolos brazos humanos, sino ciclópeas máquinas de vapor. En Inglaterra, aun hoy, se<br />

convierte a veces el fuelle común y muy rudimentario del herrero en una bomba mecánica de aire, por el<br />

simple procedimiento de conectar su brazo a una máquina de vapor. La propia máquina de vapor, tal<br />

como fue inventada a fines del siglo XVII, durante el período manufacturero, y tal como siguió existiendo<br />

hasta comienzos del decenio de 1780 [12], no provocó revolución industrial alguna. Fue, a la inversa, la<br />

creación de las máquinas-herramientas lo que hizo necesaria la máquina de vapor revolucionada. No bien<br />

el hombre, en vez de operar con la herramienta sobre el objeto de trabajo, actúa únicamente como fuerza<br />

motriz sobre una máquina-herramienta, pasa a ser casual el que la fuerza motriz se disfrace de músculo<br />

humano, y a éste lo pueden remplazar el viento, el agua, el vapor, etc. Lo que no excluye, naturalmente,<br />

que tal cambio a menudo [457] traiga aparejadas grandes alteraciones técnicas de un mecanismo<br />

construido en un comienzo sólo para la fuerza motriz humana. Todas las máquinas que al principio tienen<br />

que abrirse camino, como las máquinas de coser, las panificadoras, etc., siempre que el fin al que se<br />

destinan no excluya de antemano su uso en pequeña escala, hoy en día se construyen indistintamente para<br />

fuerza motriz humana y fuerza puramente mecánica.<br />

La máquina, de la que arranca la revolución industrial, remplaza al obrero que manipula una herramienta<br />

única por un mecanismo que opera simultáneamente con una masa de herramientas iguales o parecidas a<br />

aquélla y que es movido por una fuerza motriz única, sea cual fuere la forma de ésta [13]. Tenemos aquí<br />

la máquina, pero sólo como elemento simple de la producción mecanizada.<br />

Al ampliarse las dimensiones de la máquina de trabajo y el número de herramientas con las que opera<br />

simultáneamente, se vuelve necesario un mecanismo motor más voluminoso, y este mecanismo, para<br />

superar su propia resistencia, requiere a su vez una fuerza motriz más poderosa que la humana, aun<br />

dejando a un lado que el hombre es un instrumento muy imperfecto en lo que se refiere a la producción de<br />

un movimiento uniforme y continuo. En el supuesto de que el hombre opere únicamente como fuerza<br />

motriz simple, o sea que una máquina-herramienta haya sustituido a la herramienta de aquél, las fuerzas<br />

naturales pueden ahora sustituirlo también como fuerza motriz. De todas las fuerzas motrices que nos deja<br />

el período manufacturero la peor era la equina, en parte porque el caballo es testarudo; en parte porque es<br />

un animal caro y porque es limitada la escala en que se lo puede emplear en las fábricas [14] b 15 . Su<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/13.htm (3 of 127) [30/08/2002 16:55:15]

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