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MARX El Capital - Tomo I

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Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 3, <strong>El</strong> dinero, o la circulación de mercancías<br />

rutilante encarnación de su propio principio vital.<br />

En cuanto valor de uso, la mercancía satisface una necesidad particular y constituye un elemento<br />

particular de la riqueza material. Pero el valor de la mercancía mide el grado de su fuerza de atracción<br />

sobre todos los elementos de la riqueza material, y por tanto la riqueza social de su poseedor. A juicio del<br />

poseedor de mercancías bárbaramente simple, e incluso de un campesino de Europa Occidental, el valor<br />

es inseparable de la forma de valor, y por tanto el acrecentamiento del caudal de oro y plata equivale a un<br />

acrecentamiento del valor. Sin duda, el valor del dinero varía, sea a consecuencia de su propio cambio de<br />

valor, sea porque se altera el valor de las mercancías. Pero ello no impide, por una parte, que como<br />

siempre 200 onzas de oro contengan más valor que 100, 300 más que 200, etcétera, ni que por otra parte<br />

la forma metálica natural de esa cosa siga siendo la forma que es el equivalente general de todas las<br />

mercancías, la encarnación directamente social de todo trabajo humano. <strong>El</strong> afán de atesoramiento es<br />

ilimitado por naturaleza. Cualitativamente, o por su forma, el dinero carece de límites, vale decir, es el<br />

representante general de la riqueza social porque se lo puede convertir de manera directa en cualquier<br />

mercancía. Pero, a la vez, toda suma real de dinero está limitada cuantitativamente, y por consiguiente no<br />

es más que un medio de compra de eficacia limitada. Esta contradicción entre los límites cuantitativos y<br />

la condición cualitativamente ilimitada del dinero, incita una y otra vez al atesorador a reemprender ese<br />

trabajo de Sísifo que es la acumulación. Le ocurre como al conquistador del mundo, que con cada nuevo<br />

país no hace más que conquistar una nueva frontera.<br />

Para conservar el oro como dinero y por ende como elemento de la tesaurización, debe impedírsele que<br />

circule [163] o que, como medio de compra, se disuelva en medios de disfrute. De ahí que el atesorador<br />

sacrifique al fetichedel oro sus apetitos carnales. Aplica con toda seriedad el evangelio de la abstinencia.<br />

Por otra parte, sólo puede retirar de la circulación, bajo la forma de dinero, lo que le entrega a ella bajo la<br />

forma de mercancía. Cuanto más produce, tanto más puede vender. Laboriosidad, ahorro y avaricia son<br />

por consiguiente sus virtudes cardinales; vender mucho, comprar poco, la suma de su economía política<br />

[70].<br />

Junto a la forma directa del tesoro, discurre su forma estética, la posesión de mercancías de oro y plata,<br />

que crece a la par de la riqueza de la sociedad burguesa. "Soyons riches ou paraissons riches" [seamos<br />

ricos o parezcamos ricos] (Diderot) [71] . Se forma de esta suerte, por una parte, un mercado --en<br />

constante expansión-- para el oro y la plata, independientemente de sus funciones dinerarias, y por la otra<br />

parte una fuente latente de oferta de dinero, que fluye ante todo en períodos de convulsiones sociales.<br />

<strong>El</strong> atesoramiento desempeña diversas funciones en la economía de la circulación metálica. La función<br />

siguiente dimana de las condiciones en que deben recorrer su curso las monedas de oro o plata. Como<br />

habíamos visto, las constantes oscilaciones de la circulación mercantil en lo que se refiere a volumen,<br />

precios y velocidad, determinan que la masa del dinero en curso refluya y afluya incesantemente. Esa<br />

masa, por consiguiente, debe estar en condiciones de contraerse y expandirse. Ora es necesario atraer<br />

dinero bajo la forma de moneda, ora repeler moneda bajo la forma de dinero. Para que la masa de dinero<br />

realmente en curso corresponda siempre al grado de saturación que caracteriza a la esfera de la<br />

circulación, la cantidad de oro o plata disponible en un país ha de ser mayor que la empeñada en la<br />

función monetaria. Mediante la forma tesáurica del dinero se satisface esta condición. Los [164] depósitos<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/3.htm (24 of 49) [28/08/2002 17:34:05]

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