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MARX El Capital - Tomo I

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Marx: <strong>El</strong> <strong>Capital</strong>, Libro primero, cap. 24, La llamada acumulación originaria<br />

[64] 222 "Siempre que el legislador intenta regular las diferencias entre los empresarios y sus obreros, los<br />

consejeros de aquél son, invariablemente, los empresarios", afirma Adam Smith {235}. "<strong>El</strong> espíritu de las<br />

leyes es la propiedad", dice Linguet {231}.<br />

65 [235] (W) Adam Smith, "An lnquiry into the Wealth of Nations", t. I, Londres, 1767, p. 142.-- 772;<br />

923.<br />

66 [231] Linguet ("Théorie des lois civiles, ou principes fondamentaux de la société (t. I, Londres, 1767,<br />

p. 236) formula así ese pensamiento: "Leur esprit est de conserver la propriété" ("su espíritu es el de<br />

conservar la propiedad").-- 763; 923.<br />

kk kk En la versión francesa se agrega: "es decir, de los compradores de trabajo".<br />

[67] 223 [J. B. Byles,] "Sophisms of Free Trade...", p. 206. <strong>El</strong> autor agrega maliciosamente: "La<br />

legislación siempre ha estado pronta para intervenir a favor del patrón. ¿Es impotente para hacerlo por el<br />

obrero?" (a)<br />

68 [287] La corrección de Engels ajusta el texto al original inglés (TI 738).-- 924.<br />

[69] 224 De una cláusula de la ley 2 Jacobo I, c. 6, se desprende que ciertos fabricantes de paños se<br />

arrogaban el derecho de imponer oficialmente en sus propios talleres, como jueces de paz, la tarifa<br />

salarial. En Alemania, particularmente después de la Guerra de los Treinta Años, fueron numerosas las<br />

leyes para mantener bajos los salarios. "Muy molesto era para los terratenientes, dueños de un suelo vacío<br />

de hombres, la falta de criados y trabajadores. A todos los aldeanos se les prohibió alquilar piezas a<br />

hombres y mujeres solteros; todos los inquilinos de este tipo debían ser denunciados a la autoridad y<br />

puestos entre rejas si no querían trabajar de sirvientes, aun en los casos en que se mantenían gracias a otra<br />

actividad, como sembrar para los campesinos por un jornal o incluso comerciar con dinero y cereales.<br />

("Kaiserliche Privilegien und Sanctiones für Schlesien", I, 125.) A lo largo de todo un siglo resuenan una<br />

y otra vez, en las pragmáticas de los príncipes, amargas quejas contra la canalla maligna e insolente que<br />

no quiere someterse a su duro destino ni contentarse con el salario legal; al terrateniente individual se le<br />

prohíbe pagar más de lo que ha establecido la autoridad en una tarifa. Y sin embargo, después de la guerra<br />

las condiciones del servicio son todavía mejores, a veces, de lo que serían cien años después; en 1652, en<br />

Silesia, aún se daba carne a la servidumbre dos veces por semana, mientras que todavía en nuestro siglo,<br />

hay distritos silesianos donde los criados sólo comen carne tres veces por año. También el jornal era,<br />

después de la guerra, más alto que en los siglos siguientes." (G. Freytag.)<br />

ll ll En la 4ª edición, la frase termina así: "pero no se quiso prescindir, en casos de necesidad, de las armas<br />

del viejo arsenal".<br />

mm mm En la 3ª y 4ª ediciones: "una ley de Isabel" {288}.<br />

http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/24.htm (40 of 53) [30/08/2002 16:59:06]

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