La Esfinge y el Espejo I.pdf - Editores Alambique
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a Babilonia por su ilustre nombre, la hicieron grande<br />
sobre la tierra y fundaron un reino eterno en <strong>el</strong>la, cuyos<br />
cimientos están tan sólidamente puestos como los d<strong>el</strong><br />
ci<strong>el</strong>o y los de la tierra; entonces Anu y B<strong>el</strong> me llamaron<br />
por mi nombre a mí, a Hammurabi, <strong>el</strong> exaltado príncipe<br />
que teme al dios, para traer <strong>el</strong> gobierno de la justicia a<br />
la tierra, para destruir a los perversos y a los hacedores<br />
d<strong>el</strong> mal; para que los fuertes no abusen de los débiles;<br />
para que yo gobierne sobre la gente de cab<strong>el</strong>lo negro<br />
como Shamash e ilumine la tierra, para propiciar <strong>el</strong><br />
bienestar de la humanidad. 112<br />
De estas palabras dos cosas quedan claras: la justicia<br />
emana de los dioses al rey, quien la ejerce en su<br />
nombre, y éste la recibe de sus manos (de su boca)<br />
como un vasallo que teme a su señor; <strong>el</strong> rey tiene como<br />
misión encomendada v<strong>el</strong>ar por <strong>el</strong> bien en contra d<strong>el</strong><br />
mal, y proteger al débil d<strong>el</strong> fuerte que abusa de su<br />
poder. Aunque las 282 leyes d<strong>el</strong> Código de<br />
Hammurabi que se preservan son de naturaleza<br />
eminentemente práctica 113 (como su<strong>el</strong>en ser los<br />
tal vez se recordará, los Anunnaki eran los dioses d<strong>el</strong><br />
inframundo, los “jueces” de los muertos.<br />
112 THE CODE OF HAMMURABI. Mi versión de la traducción de L.<br />
W. King (1910), editada por Richard Hooker.<br />
113 Por ejemplo: LEY 273- Si cualquiera contratare un trabajador para<br />
laborar de día habrá de pagarle seis gerahs diarios desde <strong>el</strong> Año Nuevo<br />
hasta <strong>el</strong> quinto mes [de abril hasta agosto], cuando <strong>el</strong> trabajo es más<br />
intenso, y d<strong>el</strong> sexto mes al fin d<strong>el</strong> año habrá de pagarle cinco gerahs<br />
diarios. [THE CODE OF HAMMURABI, op. cit. Mi versión de la<br />
traducción al inglés.] Un gerah equivalía, ciertamente entre los<br />
antiguos hebreos, a un veinteavo de shek<strong>el</strong>, que a su vez equivalía<br />
a un peso de entre 9 y 17 gramos (de plata, generalmente, cuando<br />
era utilizado como unidad monetaria).<br />
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