La Esfinge y el Espejo I.pdf - Editores Alambique
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existían colonias griegas, que era por la mayor parte<br />
de Eurasia occidental; a su vez, desde un inicio la<br />
civilización griega experimentó y asimiló influencias<br />
de otras partes de la región, principalmente de Egipto,<br />
pero también de Mesopotamia y de Oriente Próximo.<br />
No es sino hasta la aparición de Roma que<br />
primero podemos extrapolar <strong>el</strong> término “occidental”,<br />
pues por primera vez la masa humana que habitaba<br />
alrededor de la cuenca mediterránea desde <strong>el</strong> Danubio<br />
y <strong>el</strong> monte Ararat hasta las islas británicas, y desde <strong>el</strong><br />
Mar d<strong>el</strong> Norte hasta <strong>el</strong> desierto d<strong>el</strong> Sahara, se vio<br />
política y culturalmente unificada durante varias<br />
centurias. Esto explica la identificación que hace Jorge<br />
Luis Borges entre “Roma” y “Occidente”: <strong>el</strong> evitar<br />
d<strong>el</strong>iberadamente un término como “grecolatino”<br />
rev<strong>el</strong>a al mismo tiempo la vasta erudición d<strong>el</strong> autor y<br />
su exquisito sintético estilo. En efecto: “occidente” no<br />
fue y no pudo haber sido un concepto griego (no<br />
obstante <strong>el</strong> universalismo filosófico de Alejandro<br />
Magno), pues es un concepto práctico, inclusivo y<br />
flexible. En otras palabras, es una idea fundamentalmente<br />
política, una idea cuyo componente medular es<br />
más etrusco y latino que griego o h<strong>el</strong>énico. 9 <strong>La</strong>s<br />
9 Hace notar Edward Gibbon, muy acertadamente, que los<br />
romanos fueron únicos entre los pueblos de la antigüedad (y<br />
muchos de las eras moderna y contemporánea) en considerar que<br />
la nacionalidad es una realidad fundamentalmente cultural y<br />
política, y no étnica o “racial”. Romano pudo ser quien nacía en<br />
Roma, por <strong>el</strong> mero hecho de nacer ahí (ius solis, “derecho de<br />
su<strong>el</strong>o”), cuando todavía para ser griego alguien tenía que tener<br />
tanto madre como padre griegos (ius sanguis, “derecho de<br />
sangre”). No en vano dice la cita: “<strong>La</strong> literatura latina debería<br />
estudiarse fundamentalmente con <strong>el</strong> objetivo de comprender la<br />
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